Elegir un buen tomate frito en el supermercado es clave para aprovechar al máximo esta popular salsa en nuestras recetas. Según recomendaciones recientes, hay algunos aspectos a considerar al revisar la etiqueta.
Lo principal es verificar que el contenido de tomate sea alto, ya que muchos productos de menor calidad suelen incorporar agua o almidones para disminuir costos, lo que afecta tanto el sabor como la calidad nutricional del producto.
Además, es importante observar los azúcares añadidos. Muchos fabricantes incorporan azúcar para mejorar el sabor, pero lo ideal es buscar opciones sin azúcar o con un nivel mínimo, ya que el tomate naturalmente contiene su propia fructosa. De esta manera, reducimos el consumo de azúcar innecesaria en nuestra dieta y preservamos la pureza del sabor de la salsa.
Otro factor relevante es la presencia de aceites. Algunos productos utilizan aceites de baja calidad como el de palma, mientras que otros optan por aceite de oliva, que es una opción más saludable y que aporta un toque mediterráneo al sabor. Elegir un tomate frito con aceite de oliva puede mejorar no solo el sabor, sino también los beneficios para la salud.
Ojo la sal
El nivel de sal también es un aspecto clave. Algunos productos contienen cantidades de sal excesivas, lo cual no solo afecta la salud cardiovascular, sino que también enmascara el sabor real del tomate.
Para una opción más saludable, es importante elegir aquellos con un bajo contenido de sodio, especialmente si estás buscando opciones para uso frecuente en la cocina diaria e incluso para personas hipertensas.
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