Hace ya unos años que se está realizando una ardua tarea de restauración de los mercados tradicionales que abundan por la ciudad de Barcelona. Aparte del famosísimo mercado de la Boquería, me ha gustado mucho visitar uno de los más céntricos. Nuestra visita al mercado de Santa Caterina, Barcelona, a escasos metros de la catedral y el barrio gótico.
Destaca su nueva cubierta, de innovador diseño, muy original. Pero lo interesante está dentro de este espacioso y muy bien surtido mercado. Frutas y verduras de la huerta catalana, puestos de legumbres, carnes, pescados, salazones y sobre todo muchos embutidos y quesos.
Me encanta la gran variedad de salchichones, fuets y secallonas, así como las diferentes variedades de bitufarras frescas y cocidas. Estás últimas destacan por su variedad, según sus ingredientes. También sorprende la oferta de setas de calidad, tanto boletos como rovellones, e incluso trufas.
Y por fin descubro uno de esos productos casi míticos, los sencillos calçots, unas cebolletas de la tierra que se toman de forma tradicional cocinadas a las brasas en las zonas de campo, en las célebres calçotadas. Para acompañarlos, nada mejor que una salsa romescu.
Otro atractivo es que, al ser carnaval, muchos de los tenderos están adornados de divertidos disfraces, algunos realmente impresionantes, otros muy divertidos. Si pasáis por Barcelona, no dejéis de visitar este mercado de Santa Caterina.
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