¿Se le puede pedir más a una escapada que reúne antiguos castillos, un impresionante monasterio, un edificio como El Escorial —pero a la gallega— y además es la capital de una de las comarcas vitivinícolas de más prestigio de España?
Pues yo diría que no y eso es precisamente lo que os sugerimos con esta internada en el corazón de la provincia de Lugo (y en el corazón de Galicia, en general) con una visita más que merecida a Monforte de Lemos.
Esta localidad, con algo menos de 20.000 habitantes, ya entra en el rango demográfico de ciudad, pero el carácter de pueblo se palpa en sus casas y en su proximidad. Ubicada en el centro neurálgico de Galicia, Monforte de Lemos es una de las puertas de entrada desde Castilla y León hacia Galicia.
Situada casi de manera equidistante de Lugo y de Orense, Monforte de Lemos es un destino predilecto para entregarse un fin de semana —o algún día más— a ver la Galicia interior.
Cargado de historia, de arquitectura, de buena gastronomía, de un museo imprescindible y también, como decíamos, de ser capital de una zona enológica al alza, Monforte —al que habitualmente se le 'quita' el de Lemos— es ideal también para aquellos amantes de la naturaleza.
Qué ver en Monforte de Lemos
Lugar de paso desde tiempos inmemoriales y alzado sobre un pequeño cerro, Monforte de Lemos tiene vestigios de antiguos castros celtas, sobre los que luego se continuaría edificando. De hecho, la parte alta de la ciudad estaba consolidada con un antiguo castillo, el de los Condes de Lemos.
Esta edificación, devastada por un incendio y de la que apenas quedan varios trozos de muralla y algunas torres, es ahora parte del Monasterio de San Vicente del Pino que, junto con el palacio, constituye el Parador Nacional de Turismo.
El Monasterio de San Vicente del Pino, en Monforte de Lemos. ©iStock.
Además del monasterio, la otra gran joya de la corona monfortina es el Colegio de Nuestra Señora de la Antigua, erigido a finales del siglo XVI bajo estilo herreriano y que, por su forma y planta, se considera El Escorial gallego. Escuela desde hace más de 300 años, este colegio es hoy el edificio mejor conservado del esplendoroso pasado de Monforte de Lemos.
Sin embargo, Monforte de Lemos también tiene un legado más moderno que merece poner en el mapa: un museo del ferrocarril. Marcado por ese carácter de cruce de caminos desde tiempos inmemoriales, Monforte fue una de esas ciudades que creció al abrigo de la expansión de las vías férreas en el siglo XIX. En la actualidad sigue siendo un nexo relevante, pues desde aquí se redistribuye el tráfico férreo hacia Vigo y La Coruña.
El monasterio y los vestigios del castillo dominan la panorámica monfortina desde las alturas. ©iStock.
Rindiendo honor a toda esa historia, Monforte de Lemos es el único municipio gallego con un museo del ferrocarril (Museo do Ferrocarril de Galicia), que no sólo se centra en la localidad, sino en toda la comunidad autónoma, y donde se puede hacer un breve repaso de los trenes que han circulado por estas vías desde hace más de 140 años.
Por último, Monforte de Lemos está marcado por la presencia del río Cabe —forma el Valle de Lemos— y por la Ribeira Sacra, una zona de gran relevancia vitivinícola que en los últimos años ha ganado justa fama por sus vinos blancos, pero sobre todo por sus tintos, de gran frescura y carácter mineral, cuyos viñedos suelen distribuirse en las orillas del río Sil, muy escarpadas, en los bautizados como Cañones del Sil.
Cerca de Monforte podemos encontrar bodegas de muchísima fama y visitables como Adegas Guímaro o Rectoral de Amandi, que están entre las más reputadas de la Denominación de Origen Ribeira Sacra.
Por último, si de otros legados culturales hablamos, en Monforte de Lemos también destaca un pazo a las afueras —en una de sus aldeas— conocido como el Pazo de Tor, hoy convertido en museo, que además conserva todo el mobiliario original y es una joya casi desconocida del patrimonio monfortino.
Vinculado a la casa nobiliaria de los Garza, el Pazo Museo de Tor lleva en pie desde el siglo XIV y por todo el inmueble se encuentran muebles, pinturas históricas y colecciones de armaduras medievales y renacentistas que sorprenderán a más de un visitante.
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