Desde que tengo uso ha existido el restaurante que hoy presento. Como algunos sabéis, soy natural de Ciudad Real aunque vivo desde hace años en Mallorca. En mi último viaje a la capital manchega, a visitar a mis padres y a un encuentro de blogueros, que recorre España, tuve la oportunidad de volver al Miami Park, un lugar que es un gran clásico para cualquier 'culipardo' que se precie.
Lo primero, el por qué del nombre, un nombre que no concuerda nada ni con la ciudad ni con la región. Al parecer el primer cocinero del restaurante trabajó por primera vez en la costa en un sitio llamado, precisamente así, Miami, y cuando hace más de 40 años, abrió el suyo propio, quiso hacer un guiño a su primer trabajo. El park, se añade después, cuando al cambiarlo de sitio se situó frente al parque de Gasset, voilà, esa es la explicación.
En los últimos años el restaurante ha dado un cambio radical, hace ya años lo hizo en su decoración. Si bien sigue siendo clásica, la reforma interior fue enorme y destaca, sobre todo, la cocina vista y elevada con respecto a los comensales. No es que se vea gran cosa porque es vista y velada a la vez. Me recuerda un poco a la taberna del zurdo en Oviedo.
Si primero fue la decoración, luego, fue en la cocina, al pasar esta de padre a hijo. La del primero, se caracterizaba por dar mucha importancia al producto, buenos pescados, buenas carnes y una elaboración sencilla. El segundo, comienza a elaborar mucho más los platos y a llevarlos más hacia la vanguardia. Dos conceptos distintos que convivieron un tiempo, hoy, es Macias hijo quien lleva 'la sartén por el mango'.
Una cosa que llama mucha la atención es que un restaurante con más de 40 años de historia, que evoluciona hacia una cocina de vanguardia, no tenga una página web y casi este ausente de las redes sociales pero supongo que en breve lo solucionaran.
El menú degustación era inspirado en la comida típica de La Mancha y maridando cada plato con vinos de la conocida bodega Corcovo de la D.O. Valdepeñas. Los entrantes, ensalada de espárragos, naranja y queso manchego en finas láminas, fresco y potente en el sabor, deliciosa.
El siguiente entrante, una ensalada de mozzarela y tomate, a priori nada excepcional, pero fue uno de los platos que más me sorprendió. La mozzarella estaba 'desmigada' gracias a un sifón, los tomates confitados, le daban un toque dulce delicioso y el aliño con aceite de albahaca, era perfecto. En boca la mozarella que estaba muy fría se deshacía con el calor, era una sensación mágica. La sentí parecida en Annua (San Vicente de la Barquera) y su plato llamado desierto de foie.
Como platos principales, pisto manchego con huevo poché y lámina de tocineta, para mi gusto demasiado amargo, he comido muchos pistos manchegos y tengo que decir que este no era el mejor. Además que lo del huevo poché, es complicado, porque no a todo el mundo le gusta la textura del huevo preparado de esa manera.
La carne fue cordero manchego relleno en cocción lenta, delicioso y que me perdonen las demás razas de cordero del país pero es que como el cordero manchego, nada de nada. El pescado, un lámina de bacalao con pochas de huerta y trufa fresco y muy apetecible.
Y llegaron los postres, el primero, huerta de zanahoria, uno de los platos más originales que he comido jamás, maravilloso a la vista y sorprendente en el sabor. La zanahoria iba escaldada en un almíbar con curry, la 'tierra' era una especie de 'crumble' de chocolate y la espuma de debajo era de coco, fabuloso. El otro postre era una quenelle de mousse de chocolate con crema de azafrán y teja de miel. También muy bueno pero no superaba a la zanahoria.
En conclusión, el Miami Park es un gran clásico que ha sabido evolucionar hacia un tipo de cocina sorprendente y si bien hay pequeños fallos en el servicio, es un lugar más que recomendable si pasas por Ciudad Real.
Restaurante Miami Park
Ronda de la Ciruela, 34, 13001 Ciudad Real telf. 926 27 11 07
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