Restaurante Dársena, un clásico en el puerto de Alicante

Cada vez que voy a Alicante, me digo siempre lo mismo, tengo que ir al restaurante Dársena para disfrutar de este restaurante que es un clásico en el puerto. El Dársena es un restaurante que forma parte de la ciudad, y es que el año pasado cumplieron 50 años de historia.

Nada más entrar te recibe una barra donde puedes degustar tapas y algún refrigerio mientras esperas la mesa. Si no es el caso y quieres pasar directamente al restaurante, te reciben con una amplia sonrisa y tras comprobar si tienes reserva, procuran sentarte en la mesa que tenga las mejores vistas al puerto.

Llegaba con bastante apetito, así que decidí que tomaría entrantes. Los entrantes eran todos muy apetecibles. Al no saber cual elegir pensé que lo mejor era dejarme aconsejar por el maître. No se a vosotros, pero cuando voy a comer fuera me encanta que me aconsejen, bastante pensamos ya cada día ¿no os parece?.

Los entrantes que me ofreció el maître no pudieron ser más acertados: croquetas de marisco (en una fabulosa ración individual) y otro entrante que me dejó ojiplático por su delicadeza y sabor, nísperos de Callosa caramelizados rellenos de foie. Los nísperos de Callosa tienen denominación de orígen y son deliciosos, pero es que combinados con foie, ya son un manjar exquisito.

Yo llegué al restaurante con una idea fija, comer arroz, por supuesto, pero repito que me dejé aconsejar y el maître me invitó a probar un magret de pato con amarena y manzana, tengo que decir que aquel señor debía de conocerme de otra vida, sino no me explico que supiera que me encantan los agridulces. Una combinación perfecta las cerezas, la manzana y el magret de pato.

Ya puesto a no guardar para nada la línea, decidí atreverme con un pescado y está vez decidí que quería el atún okonomiyaki, y es que con ese nombre no pude resistirme a probarlo. Una presentación fabulosa, el atún justo en su punto y el okonomiyaki también perfecto. Un diez.

Llega la hora del postre, sí comí postre, sé que resulta increible pero tenía un pequeño hueco. ¡Siempre hay hueco para el postre! Escogí uno llamado pasión por el chocolate, una especie de mousse bastante firme con un coulis de fruta de la pasión. Otra vez un acierto en la combinación de sabores, ácido y amargo.

Y por fin llega la dolorosa, lo que viene siendo la factura, vamos, y sorprendentemente la relación calidad precio es buena, muy buena. Eso sí, después del festín me fui directo al hotel a reposarlo un poco, siesta obligada.

En definitiva el restaurante Dársena tiene de los mejores arroces de Alicante (me lo han demostrado las varias veces que he comido allí), pero es que el resto de su carta es igualmente espectacular y contiene platos para todos los gustos. Un servicio exquisito (nunca faltó vino en mi copa). Y además se disfruta de un ambiente distendido y con unas vistas magníficas. Para mí, tiene todo lo que ha de tener un buen restaurante y os invito a que lo visitéis, si podéis, cuando vayáis a Alicante.