Mercado de Ordizia

Este año el Mercado de Ordizia cumple 500 años de historia, y en Directo al Paladar no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitarlo. Este se celebra en la Plaza Nagusia de Ordizia, bajo una característica estructura de columnas construida en 1925.

El Mercado de Ordizia no es un mercado al uso. De frecuencia semanal, en él se dan cita todos los miércoles productores del Goiherri para poner en juego sus quesos, verduras, frutas, panes, etc, convirtiéndose en toda una bolsa de valores, pues los precios que cada semana alcanzan determinados artículos se convierten en un importante indicador de cara a toda la zona.

Estos precios salen publicados al día siguiente en El Diario Vasco (se puede considerar que es la Biblia de las noticias en Gipuzkoa), y en la web del propio mercado.

Pondremos como ejemplo “las cotizaciones” que se alcanzaron el pasado miércoles, fecha de nuestra visita, extraídas de la página oficial:

CORDERO
Hoy se han vendido dieciocho unidades a 3€ el kilo.

ESPECIES MICOlÓGICAS
Hongos en aceite: 1 tarro (0,450kg) 9€; 2 tarros 16€

QUESOS
Oveja 16-24€/kg, Vaca 8,90-10,5€/kg; Mezcla 12-13€/kg; queso nuevo de cabra 19€/kg, ecológico 19-22; €/ kilo

FRUTAS DEL PAÍS
Nuez 4-5; manzana reineta 3-4€; avellana 3,5-5; Kiwi 2,50€-3,5€

HORTALIZAS DEL PAÍS
Por kilo: Alubia negra en grano 12-13
Alubia blanca/roja en grano 8€
Alubia negra 10-12; pinta 9
Haba-txiki negra 7
Haba-txiki blanca 1,8-4

Al acercarnos y echar una primera mirada se ve una clara separación entre los distintos productos ofertados. Da la sensación de que cuanto más al centro se ubican los puestos, más ligados a la tierra están. Bajo las columnas encontramos puestos de quesos artesanos, verduras, panes, algunas frutas contadas, alubia “del País”, etc.

Fuera de ellas, rodeando este reducto de pequeños productores, vemos otros más grandes en los que se venden frutas y verduras, probablemente compradas en el mercado central.

Algunos puestos venden pocas cosas, dispares, pero con el sello de producción propia: unos cuantos panes, varias botellas de leche, kiwis imperfectos, manzanas recién cogidas del árbol, zanahorias feas y pequeñas de formas imposibles que no se ven en los mercados habituales, naranjas sin brillo engañoso, enormes berzas, mazorcas de maíz de un profundo color naranja, quesos de Roncal y Urbasa.

Otros puestos dan cuenta de mayor enjundia, con gran variedad de quesos, encurtidos, y conservas. Vemos una pila de artoas (panes de maíz para cortar y cocer en leche), y el orgullo de muchos: las cotizadísimas alubias de Tolosa, y sus hermanas menores, baba-txuri y baba-beltza.

Se venden plántulas para tapizar las huertas, de lechuga, de acelga, y, con una belleza natural, destacan unos brotes de cebolla atados en pequeños fardillos.

El trajín, incluso en un día muy frío es constante. La plaza está viva y vemos etxekoandres (amas de casa) ajenas a todo lo que no sea buen género a buen precio, de puesto en puesto empujando su carro, con esa prisa que da tener a la familia sentada a la mesa a la una y media. Aún así, no perdonan un momento para ellas, y pudimos ver varios grupos de mujeres mayores tomando un café tan rápido como intenso en una esquina de la plaza.

Ellos también visitan el mercado, forman grupos de hombres tocados con txapelas, filosofando sobre la alubia, sobre el queso, dejándose ver y sentir en el paisaje, y desapareciendo poco más tarde para tomar un txikito.