Llega el Día de la Madre y los regalos de índole culinario son muy socorridos, tal y como pudimos comprobar en el pasado Cazando Gangas. Sin embargo, regalar cosas para la cocina es también muy delicado, y podemos acabar metiendo la pata catastróficamente.
Hoy vamos a ver siete cosas que debería estar prohibido regalar el Día de la Madre, porque son regalos capaces de estropear un día que reconoce la labor y el esfuerzo de nuestras progenitoras. Para compensar, también veremos regalos equivalentes que sí son más adecuados.
- Un juego de sartenes: No hay nada más triste que un juego de sartenes. Sí, es cierto que unas buenas sartenes se agradecen al cocinar, pero corremos un serio riesgo de que las estrene dándonos un merecido sartenazo. Otra cosa sería si se tratara de sartenes especiales para hacer algo concreto que entusiasmara a la madre en cuestión: como una sartén para hacer tortitas o una especial para hacer crêpess. Eso sí, conviene que vayan acompañadas de un desayuno a juego preparada con ellas.
Una olla exprés: Compitiendo en tristeza con las sartenes está el regalo en forma de olla exprés. No es que con ella no se puedan hacer recetas deliciosas como estas costillas a la barbacoa en cinco minutos, pero es que no es un regalo, sino parte del hogar. Si no regalarías un juego de pomos para la puerta o unos interruptores, ¿por qué ibas a regalar una olla exprés? Una alternativa viable, siempre y cuando a la madre en cuestión le guste experimentar con nuevas técnicas de cocción, sería regalar una olla tipo crockpot para introducirse en la moda del slowcooking.
Una batidora: Regalar una batidora el Día de la Madre es un deporte de riesgo. Poner en manos de una madre enfadada un arma de tal calibre es una inconsciencia en toda regla, amén de un regalo penoso. Si es que me las imagino abriendo el paquete y pensando: "mmmm, qué bien me lo voy a pasar triturando verduras, ligando mayonesa y montando nata. Esta casa va a ser una fiesta". No. Si se tiene que regalar algo relacionado con el amasado, que sea una Kitchenaid o similar, especialmente para madres amantes de la repostería.
Un set de tuppers: Da igual que sean de última generación, de vidrio irrompible, con cierre hermético y válvula de vacío, como si tienen temporizador sincrónico de apertura o un GPS integrado para localizar qué hijo es el que no se los devuelve nunca; un tupper no es un regalo para tu madre, es un regalo para ti, que es el que va a disfrutar de lo que vaya dentro. Es el equivalente televisivo a cuando Homer Simpson le regala una bola de bolos a Marge. Si tenemos presupuesto ajustado, no hay problema, existen infinidad de moldes curiosos para regalar, algunos perfectos para el día de la madre como este con forma de bebé para decorar cupcakes y tartas.
Un juego de cuchillos: ¿Qué hemos hablado de los regalos inadecuados que son arma en potencia? Efectivamente: una mala idea. Básicamente, hay que evitar cualquier cosa que sea remotamente práctica, salvo petición expresa. Podría valer un set especial para coctelería, o mejor aún, de mojitos, que es algo mucho más festivo, especialmente si incluye un barman atento que le prepare unos cócteles especiales para el Día de la Madre.
Una tostadora: subiendo en la escala de regalos poco acertados está la siempre socorrida tostadora. Que sí, que el pan tostado está muy bueno por la mañana y es posible que la que tenía estaba muy vieja, pero no hay nada apasionante que se puede hacer con ella. Si la cuestión es regalar un pequeño electrodoméstico que caliente cosas, mejor algo original como una máquina para hacer churros o la más clásica para hacer cupcakes.
- Un desayuno en la cama... dejando la cocina echa unos zorros: El desayuno en la cama es una buena idea, pero no si al levantarse descubre que la cocina parece el escenario de una película de zombies. Mejor dejarla que se despierte tranquilamente y os la lleváis a disfrutar de un buen brunch de domingo, que es lo que se lleva ahora.
En definitiva, al regalar el Día de la Madre hay que huir de los regalos prácticos. Incluso si nuestra madre lleva tiempo quejándose de que se le pega la tortilla a la sartén, que los cuchillos no cortan o que los tuppers se le abren en el congelador: eso son cosas para la casa, y estamos celebrando el Día de la Madre, no el día del ama (o amo) de casa, que ese se celebra el 1 de diciembre, y ahí tal vez sí tendría sentido regalarle todo lo que le hiciera falta para que su trabajo fuera más fácil.
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