Desde que ya hace más de cuatro años aparecieranlas primeras máquinas que prometían freír sin aceite, mi intriga hacia estos aparatos no ha hecho más que crecer. No es que sea yo un fan declarado de la "fritanga" y los precocinados fritos, pero me parecía interesante eso de freír sin aceite y hacer el proceso más limpio y sano.
Para mi fortuna, he tenido la posibilidad de probar una unidad de la Airis Fry y averiguar de primera mano qué tal funcionan las freidoras sin aceite, si son ciertas todas las bondades que anuncian y si merece o no la pena tener una en la cocina.
Diseño y aspecto de la Airis Fry
El diseño y aspecto de la Airis Fry es muy parecido a la de otras freidoras similares, como la Philips Air Fryer, de la que apenas se distingue por los la ubicación de los mandos de control.
Se trata de un aparato con un diseño atractivo, en plástico brillante, pero que ocupa un volumen nada despreciable sobre la encimera de la cocina, aunque tampoco mucho más que el de una freidora convencional. Eso sí, como veremos más adelante, es mucho más limpia de usar y mantener.
Además de las dos ruedas de control que se ven en el frontal, donde manejamos la temperatura y el tiempo de cocción, la freidora incluye un pequeño recipiente en el que debemos colocar los ingredientes. Este recipiente tiene también un pequeño cesto extraíble para mayor comodidad a la hora de meter y sacar los alimentos.
Friendo sin aceite
Freír sin aceite no puede ser más fácil, pues en realidad estas freidoras no son mucho más que hornos en miniatura, combinando la acción de un grill con aire caliente circulando a gran velocidad. Así, simplemente debemos seleccionar la temperatura y el tiempo deseado y dejar que haga su magia.
Los tiempos de cocción varían en función del tipo de producto y su tamaño, siendo en algunos casos recomendable agitar brevemente el cesto a mitad de la "fritura", mientras que en otros viene bien añadir unas gotitas de aceite al proceso. En las instrucciones econtramos los tiempos aproximados para cada tipo de alimento, rondando la mayoría entre los 10 y los 15 minutos, y coincidiendo por lo general con los tiempos indicados en la bolsa para la preparación en horno, con la ventaja de que no hace falta esperar a que este se caliente y que, como veremos luego, el resultado es más satisfactorio.
Otro punto destacable es la limpieza. Ni salpicaduras, ni humos, ni olores, ni aceites sucios ni nada de nada. Apenas hay que pasarle un trapo y fregar de vez en cuando el cesto. Tampoco hay que olvidarse de la seguridad (no hay riesgo de quemaduras por salpicadura) y el ahorro que supone no usar aceite cada vez que queremos freír unas patatas, así como también el hecho de que cocinar sin grasas aporta un extra saludable.
¿Qué tal quedan los fritos sin aceite?
Esta es la pregunta del millón: ¿qué tal quedan los fritos sin aceite? Pues bien, aunque a continuación os relataré mis diferentes pruebas, en general quedan bastante bien, destacando sobre todo que evitamos esa desagradable sensación aceitosa inevitable al freír de manera convencional. Como contrapartida, quizás perdemos un punto de crujiente y otro punto del sabor que aporta el aceite. Pero vayamos a lo tangible.
Para probar las freidoras sin aceite decidí pasar por la sección de congelados del supermercado y coger un poco de todo: muslitos de cangrejo, patatas fritas de varios tipos, empanadillas, croquetas y nuggets de pollo. La mayoría incluían la opción de cocinarse al horno, excepto las croquetas.
En función del tipo de alimento y del tiempo de cocción, los fui preparando en diferentes tandas. Primero las empanadillas de atún y los muslitos de mar, luego las croquetas de pollo y los nuggets, y finalmente las patatas. Estas fueron mis impresiones y la del resto de cobayas que los probaron conmigo:
- Muslitos: Muy bien en general, hechos por fuera y por dentro, sin romperse la cobertura exterior, que a veces ocurre al freír en aceite. Se echa de menos un poco más de dorado y crujiente, pero sensación positiva.
- Empanadillas: Aspecto no muy prometedor, ya que resultan un poco "secas" a la vista, pero están bien cocinadas por dentro y la masa queda muy crujiente. Untarlas con un poco de aceite antes de introducirlas en la freidora ayuda a paliar este defecto visual.
- Croquetas: El resultado bastante decepcionante, aunque el hecho de que no estuvieran pensadas para preparar al horno puede haber influido negativamente. Por fuera seguían blancas, aunque se habían hecho por dentro.
- Nuggets: Visualmente el resultado mejor conseguido. Crujientes y dorados por fuera y hechos homogéneamente por dentro.
- Patatas fritas: Sin ser todo lo crujientes que pueden conseguirse al freír en aceite, el resultado es muy bueno, aunque hay que matizar que una vez cocinadas aguantan menos tiempo y se ponen blandas antes, si bien da de sobra para comérselas en su estado delicioso.
- Patatas gajo: Más adecuadas si cabe para este tipo de fritura sin aceite, ya que su corteza exterior les hace ser crujientes al tiempo que jugosas por dentro.
Pero no solo de precocinados vive el hombre, y en general la freidora se puede utilizar como si fuera un horno en miniatura que calienta muy rápido, así que podemos usarla para hacer patatas fritas convencionales, o en rodajas, incluso preparar unas alitas de pollo o unos muslitos... y también postres. Las posibilidades son muchas.
Como veis, la experiencia general con la freidora sin aceite Airis Fry es muy buena. La decisión de si me interesaría tener una en casa es diferente, porque no sé si frío tanto como para que merezca la pena la inversión (se puede comprar por 99 euros en Amazon) o el espacio que ocupa en casa. Pero si freís con frecuencia y queréis hacerlo de manera más sana, limpia, cómoda y segura, es una buena compra.
Más información | Airis Fry
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