En verano las ensaladas son un clásico recurrente para cenas y comidas. Y no sé a vosotros, pero a nosotros las legumbres nos encantan y no porque haga calor queremos renunciar a ellas. Así que la mejor forma de comerlas en esta época del año es en ensalada, por eso hoy os presento una ensalada de garbanzos con sal negra en escamas.
A veces para innovar un poco y no tener la sensación de que siempre comemos lo mismo, no hace falta más que cambiar más que un ingrediente de algún plato clásico y "voilá" una receta distinta y apetitosa. En este caso que nos ocupa el ingrediente en cuestión es la sal negra en escamas, que le da un toque fabuloso a esta ensalada y por qué no decirlo, algo exótico.
Cuece los garbanzos o bien cómpralos cocidos. A mí particularmente me gusta más hacerlo, pero quedará muy buena también con los cocidos. La base de una buena ensalada de legumbre siempre es una buena legumbre, pero ya os digo al gusto. Una vez cocidos reserva en frío.
Vamos a picar la cebolla muy pequeñita y la vamos a poner en un cuenco con un poquito de sal para quitar el amargor y el picor que pueda tener. Reservamos. Antes de usar eliminaremos el agua con ayuda de un colador.
Después cortamos en dados el tomate y picamos el pimiento. Reservamos. Sólo nos queda montar la ensalada en un bol grande. Añadir el atún desmigado y aliñar al gusto. Mezclamos bien y acabamos nuestra ensalada espolvoreando con la sal negra en escamas. Veréis que le da un toque diferente.
Con qué acompañar la ensalada de garbanzos con sal negra en escamas
Para degustar esta ensalada de garbanzos con sal negra en escamas os recomiendo que esté fresquita. Para ello, sin aliñar, déjala enfriar al menos 30 minutos en la nevera. Antes de servir y justo antes, aliña y espolvorea la sal negra. ¡Que la disfrutéis!
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