Hoy os traigo una receta sencilla y que ha resultado deliciosa. Además, es sana. Se trata de la pechuga de pollo marinada con miel y mostaza, una combinación de ingredientes deliciosa que resulta muy equilibrada.
Ya sabéis que este mes he decidido cuidarme un poco y os he presentado recetas bajas en calorías, pero que fuesen atractivas al paladar. A mi me ha funcionado, he conseguido dejar unos cuantos kilitos por el camino aunque, me temo que este camino no ha acabado, aún.
Cortamos las pechugas de pollo en dados y reservamos en un recipiente. Añadimos la miel, la mostaza y una pizca de sal. Mezclamos bien con una cuchara.
Tapamos con papel film y dejamos marinar en la nevera al menos cuatro horas. Mejor si es toda la noche, así la carne se impregna de todos los sabores.
En una sartén ponemos un poquito de aceite y sofreímos el pollo marinado hasta que blanquee. Os recomiendo que no lo tostéis demasiado para que no quede seco.
Con qué acompañar la pechuga de pollo marinada con miel y mostaza
Para degustar esta pechuga de pollo marinada con mostaza y miel, lo podéis hacer tal cual o, si lo preferís, ensartar los trocitos de pollo en brochetas y hacerlas a la plancha o en barbacoa. En las brochetas podéis intercalar algunos trozos de fruta como manzana para potenciar el dulce. Sólo queda acompañarlo de una rica ensalada y disfrutar.
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