El último sábado que tuve libre de trabajo aproveché para ir a comprar al mercado del olivar en Palma. Muchos sábados lo hago y disfruto como un enano. Es un festival de color y de aromas inigualable. Siempre que voy, pico y esta vez le tocó el turno a los pétalos de rosa desecados. Y trás unos días pensando qué hacer con ellos, ha salido esta receta de albóndigas con salsa suave de pétalos de rosa y anís.
Ya había utilizado la esencia de rosas comestible y el resultado me gustó pero nada que ver con los pétalos desecados. La esencia es potente y si te excedes puedes chafar el plato. Leyendo en un libro de cocina árabe encontré una receta en la que usaban pétalos de rosa y anís así que decidí mezclarlas a ver que tal. Para potenciar el sabor especiado añadí una pizca de Ras el hanout.
Lo primero es preparar la carne de las albóndigas. Ponemos la carne en un bol y añadimos la leche, el perejil picado, el pan rallado, el huevo y un poco de sal. Debe quedar una masa suave, pero lo suficientemente compacta como para trabajarla con las manos. Formamos las albóndigas, las rebozamos en harina y las freímos en aceite de oliva. Reservamos.
Para la salsa, en una cacerola pondremos aceite de oliva y pondremos a pochar la chalota bien picada. Después, añadimos los pétalos, semillas de anís al gusto y un poco de ras el hanout. Mezclamos bien. Sólo queda añadir la leche evaporada, mezclar otra vez y dejar reducir durante unos 10 minutos a fuego medio-bajo.
Para acabar la salsa, la trituraremos con un batidora hasta que desaparezcan los trocitos de cebolla.
Con qué acompañar las albóndigas con salsa suave de pétalos de rosa y anís
Presenta las albóndigas en un plato o cuenco y pon la salsa suave de pétalos de rosa y anís por encima. Nosotros lo acompañamos de un té moruno, pero por rizar el rizo. Creo que también estarían muy ricas con algún verdejo fresquito aunque eso, me lo tendréis que contar vosotros, en casa volaron.
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