Un entrante un poquito diferente a base del sempiterno tomate, puede ser esta mousse de tomate, al que hacemos honor con esta receta. La vamos acompañar de unas cuantas hortalizas mas y, como no, de tomates cereza, considerados la variedad mas primitiva de su especie.
Ingredientes: 750 gramos de tomates maduros, 1 pimiento rojo de 200 gramos, 3 decilitros de caldo de ave desgrasado, 9 hojas de gelatina, 1/2 decilitro de nata líquida, pimienta y sal. Para acompañar: 2 decilitros de salsa mahonesa, 1 cucharada de mostaza, 50 gramos de pepinillos, unas hojas de lechuga, 6 tomates cereza, 12 puntas de espárragos verdes, pimienta y sal.
Preparación: Metemos 6 moldes individuales en el congelador para que estén fríos; mientras, escaldamos los tomates en agua hirviendo durante 1 minuto, los refrescamos en agua fría, pelamos, cortamos por la mitad, les retiramos las pepitas, picamos la pulpa y la ponemos a escurrir.
Cocemos el pimiento de 15 a 20 minutos, lo refrescamos, pelamos, retiramos los nervios y las simientes y lo trituramos hasta obtener un puré fino. Calentamos el caldo de ave y le agregamos las hojas de gelatina, previamente remojadas, y vamos removiendo para que se derritan y las retiramos del fuego sin que llegue a hervir.
Mezclamos la pulpa de los tomates con el puré de pimiento, la nata y el caldo con la gelatina, salpimentamos y llenamos los moldes que deberán permanecer en la nevera durante 3 horas. Mezclamos la mostaza con la mahonesa, le agregamos los pepinillos picados, salpimentamos y mezclamos bien.
Ya solo nos queda montar el plato, primero desmoldamos la mousse, para lo que os aconsejo que introduzcáis los moldes unos segundos en agua hirviendo, los colocamos en los platos, vamos repartiendo la salsa y adornamos con la lechuga y los espárragos.