El menú low-cost

El menú low-cost
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No tengo nada en contra de las compañías aéreas de bajo coste, pero hoy volaba de vuelta de Barcelona en una de estas compañías, Spanair, y me he sorprendido un tanto al ver la pobreza y escasez del menú low cost que ofrecen, previo pago, claro, a sus pasajeros.

Menos mal que era un vuelo por la tarde y ya había almorzado antes de subir al avión, pero pienso en los pobres clientes de esta compañía que quieran comer o picar algo durante el vuelo. En principio, una triste página doblada incluye el menú, con fotos, si a eso se le puede llamar.

Lo único atractivo, una chapata con jamón serrano, tomate y aceite, por 5 euros. En la foto tiene buena pinta. Debajo un sándwich de pan de molde (con semillas de amapola) con pollo y bacón, no sabemos si con mantequilla, y cuesta igual que el de jamón. Para dar un toque moderno, debajo tenemos dos ensaladas de lata, de una marca conocida, una de patatas y atún y otra de pasta y atún, por 4,5 euros.


Y ya está. Muy variado no me parece. Me imagino a un vegetariano sufriendo, ya que no hay ni siquiera un sándwich vegetal, que hasta en las cafeterías más cutres te lo sirven. Eso sí, nos ofrecen un “sano” desayuno con café o té, batido y muffin de chocolate por 4 euros, pero sólo por las mañanas. Aparte, claro, una escasa y calórica selección de galletas y chocolates, patatas de bote, cacahuetes y palitos de pan.

Y ya no hablemos de los celíacos, personas con intolerancia al gluten que no podrían comer nada durante el vuelo. Pero eso ya es para nota.

Se salvan por los vinos, blanco del Penedés, rioja tinto, cervezas e incluso un cava. Se indica en el folleto que hay un hipotético menú del día con un plato caliente, pero no dice cual, y que sólo está disponible en vuelos de más de dos horas y no en todos los vuelos. Lo dicho, pobres pasajeros, aviso, mejor llevaros un bocadillo o un tupper, me parece la mejor, y más barata, elección.

No entiendo el hecho de que una compañía low cost ofrezca estos “menús” tan pobres, cuando nos los están cobrando aparte y no repercute en el precio del billete. Al contrario, si tuvieran más opciones los clientes consumirían más. Otra cosa es que quieran o no ofrecer este servicio, imagino es más fácil dar dos bocadillos que tener más opciones.

Yo viajo poco últimamente, cada día es más difícil sacarme de mi cocina, pero me gustaría conocer vuestras experiencias sobre el menú low cost, seguro hay alguno que viaje mucho por motivos de trabajo y tenga mucho que contar al respecto. Añoro aquellos tiempos, no tan lejanos, en los que te daban copas, comida de calidad, aperitivos..y encima gratis.

Imagen | Flickr
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