La Semana Santa nos ha deparado verdaderos placeres gustativos, de uno de ellos ya os hablé el otro día, la espectacular comida en el restaurante Las Viñas en Yuncos (Toledo). Otro momento placentero, y ya en casa de vuelta de las vacaciones, ha sido degustando el Brandy Gran Reserva Luís Felipe que un inapreciable amigo me trajo de su estancia en Huelva, mas concretamente en La Palma del Condado, donde se encuentran las Bodegas Rubio y se elabora este brandy.
Debo confesaros que no soy muy amante de los brandy, pero desde luego este se ha hecho un hueco en mi licorera particular, eso si, deciros que si os apetece probarlo, tendréis que desembolsar 90 euros por una botella de 70 centilitros (merece la pena), pero estaréis degustando un brandy con la friolera edad de 60 años.
La sorpresa también me la he llevado al intentar conocer su procedencia, tiene una magnífica historia detrás sino leed: "El milagro de Luís Felipe es posible gracias al hallazgo en 1893, en un rincón apartado de una bodega de La Palma del Condado, de unas barricas de roble anciano y nobilísimo que contenían un Brandy
envejecido, dotado de una notable densidad de color y aromas, además de un suave abocamiento favorecido por el transcurso del tiempo. Quien lo descubrió, un enólogo curtido en las labores vinateras y buen catador, relató asombrado que jamás había probado algo parecido de excepcionales cualidades que lo distinguían de todo lo conocido entonces, ya fuera elaborado en Francia o en Jerez.
Aquellas barricas abandonadas, casi olvidadas, estaban señaladas con la mención Luís Felipe por estar reservadas exclusivamente para Don Antonio de Orléans, Duque de Montpensier e hijo del Rey de Francia Luís Felipe I, que residió en el sevillano Palacio de San Telmo y es aquel licor prodigioso procede el brandy Luís Felipe que disfrutamos hoy."
Fascinante, verdad?.
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