Sin saberlo ya de niño, mi madre inculcó en mí un gusto por la comida casera y por cómo hacerla. Recuerdo tardes en la cocina haciendo croquetas, empanadillas o empanando todo aquello empanable. Mi super especialización en el empanado llegó a tal punto, que en casa no se comía nada empanado si yo no estaba. Recuerdo que las tardes de partido, hasta mi padre entraba en la cocina a ayudar a preparar lo que parecía una gran fiesta, más si venía visita. Con lo que en mi caso fútbol y gastronomía están y estarán unidos para siempre. Con motivo de la Eurocopa 2012 he recordardo esto y me ha llevado a hacerme una pregunta ¿qué relación tienen los hombres, el fútbol y la gastronomía?
Recientemente he podido acudir a un curso de sushi en mi ciudad, uno de esos cursos de una tarde, para cocineros aficionados. Descubro que la mayor parte de los asistentes somos del género masculino y comienzo a preguntar a mis compañeros las razones por las que están allí. Las respuestas son variopintas pero coinciden en algunas: quieren preparar sushi en alguno de los partidos que se avecinan, se lo ha regalado su pareja o les ayuda a romper con la rutina y así disminuir el estrés de la vida diaria.
Es inevitable que comencemos a hablar de fútbol y nos preguntamos el porqué de la pasión por el fútbol y la respuesta fue casi general; durante 90 minutos mantienen su atención en otra cosa, casi sin parpadear y además en una razón más para reunirse con amigos y disfrutar de su compañía. La cocina es además, un placer que les permite destacar y lucirse con sus preparaciones, y a la hora de la conquista resulta una herramienta muy útil. Dato interesante este último.
El concepto “hombre de la casa” cada vez está más extendido, sin dejar de lado la pasión por el fútbol. De esta manera, un partido importante se convierte en una tarde de ocio y desconexión. Por un lado, preparar la picada con la agasajar a los amigos; por otro lado, el partido en sí. Pero es que además, si tus amigos valoran tu arte culinario, y encima, tu equipo resulta ganador, la liberación de endorfinas y con ello el bienestar que se genera produce un enganche tal que estás deseando que llegue el siguiente partido para volver a empezar.
Así que nos encontramos con un nuevo tipo de hombre, hincha de su equipo de fútbol y a su vez un auténtico fanático del arte culinario. Estos hombres fanatizados por el arte culinario son llamados ya "gastrosexuales" después de que la consultora londinense Future Fundation, líder en tendencias, publicara una investigación en la que define a esta nueva generación; se trata de hombres profesionales (de cualquier carrera) de 18 a 45 años, solteros o en pareja, aficionados por la cocina, culturalmente curiosos y viajeros. Les gusta desafiarse a sí mismos con una comida étnica en sus casas e ir a los bazares a comprar utensilios y productos. También son expertos en preparar una cena romántica, elegir los mejores restaurantes y vinos. Y además adoran a sus equipos favoritos.
Así pues, en nuestro país estamos ante una generación que ha visto ganar a la Roja una copa de europa y dos años después la del mundo, en un deporte que aquí es el rey, el fútbol; y que además son grandes enamorados de la buena mesa. Los hombres, el fútbol y la gastronomía están relacionados pues en los llamados Gastrosexuales que cada vez son más. Respecto a los éxitos deportivos futbolísticos esperemos que sigan, que ya se sabe que no hay dos sin tres (o cuatro).
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