Toda una infancia dejándonos tentar por nubes de azúcar, gominolas y pastillajes varios, teniendo enfrente al ministerio de sanidad materno diciéndonos que las chuches son malas, que hay que comer pocas o mejor ninguna, y al final, ya en la vida madura vemos estupefactos que hay quien las eleva a la categoría de alta cocina.
Tenía que pasar, tarde o temprano algún alma infantil resentida con tanta represión tenía que hacer algo, y ha ocurrido en Japón, concretamente en Tokyo, donde existe un restaurante en el que se sirven chucherías; eso sí, nada de pipas Facundo ni kikos, chuches de autor. Es una idea (o concepto, que es más cool) del diseñador Martí Guixé, un artista polifacético que se considera diseñador de comida o padre del Food Designing.
Candy Restaurant es como La Duly, aquella tienda regentada por una señora de mediana edad que vendía chuches a la salida de mi colegio, pero en un escenario ultramoderno y con mesas en las que degustar todas esas delicias azucaradas. En este restaurante no vale eso de tengo veinticinco pesetas, lléname una bolsa, todo sale emplatado y listo para ser degustado sentados a la mesa. Además de eso, para darle un poco más de carrete al asunto, al servir las golosinas se dan unas instrucciones sobre cómo comerlas.
Cachondeo no les falta, ya que si veis la galería de imágenes, podréis comprobar como cada plato va estructurado en entrantes, sopas, segundos platos, postre y bebidas. Cualquier día me doy una vuelta por allí, que La Duly hace tiempo que cerró y siento que me falta algo.
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Vía | Monkeyzen Imágenes vía | Asobitsuchiya en Flickr En Directo al Paladar | Oomuombo, una tienda de golosinas diferente
