En los últimos días se ha hablado mucho de un macro-estudio favorable a la comunidad cafeinómana de todo el planeta: tres tazas de café al día (no 33, vamos a calmarnos) pueden reducir las probabilidades de morir. Dicho así, parece el Santo Grial. Y no. Ni vamos a tener un corazón de hierro ni va a sustituir la dieta sana y vida saludable, que son las claves encubiertas para alargar la vida.
Un café con cuatro cucharadas de azúcar o siete galletas, multiplicado por tres, es la misma bomba de relojería que antes de la publicación de estas investigaciones. Los cafés de máquinas de vending que todos conocemos ya son un expediente aparte.
Cafeteros: no vais a ser inmortales con tres tazas de café. Pero es interesante saber qué dicen los estudios y qué opinan los expertos.
Lo que dicen los estudios
Nuestra recomendación siempre es que se dedique un rato a leer la fuente original. En concreto, habría que revisar este estudio, realizado en 10 países europeos, con una muestra de medio millón de personas durante 16 años. El otro estudio es este, de Estados Unidos, con una muestra de 185.855 personas también durante 16 años. Mucha gente, mucho tiempo, muchas culturas, etnias y formas de tomar el café.
Si tenemos dudas sobre "quién está detrás" de este tipo de informes científicos y pensamos que es una conspiración de la industria cafetera... sencillamente (en esta ocasión) no es así.
El primero ha sido financiado por la Comisión Europea y elaborado por científicos de la Organización Mundial de la Salud, los mismos que hace un año desmintieron el mito del carácter carcinógeno del café... porque lo que provocaba cáncer era el cigarrillo que lo acompañaba. El segundo estudio ha sido financiado por el Instituto Nacional del Cáncer estadounidense.
Las conclusiones señalan los beneficios del café para la salud, no por la cafeína, sino por los polifenoles antioxidantes. Se señala la "reducción de una muerte prematura" en un 18% en hombres y un 8% en mujeres con tres tazas de café al día, porque se observó menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y digestivas.
De hecho, ya existían estudios previos que reafirmaban esta idea. En esta investigación se advertía que los beneficios del café no sirven de nada si se combina con tabaco. O esta otra revisión del año 2015, que también relacionaba el consumo de café con menor incidencia de muerte prematura, en aquella ocasión sobre todo entre mujeres.
Lo que dicen los expertos
Los estudios publicados esta semana en Annals of Internal Medicine son "observacionales", es decir, solo "observan" qué hace la población. Incluso los propios autores de las investigaciones han puntualizado que no se puede señalar una relación "causa-efecto" determinante: cuanto más café, más años de vida. Pero eso no daría un titular.
También presenta la limitación de no incluir el nivel socio-económico de los ciudadanos que bebían tanto café y vivían más. ¿Puede ser que el buen café, el caro, sea consumido por personas de economía desahogada con una alimentación saludable e incluso cierto estilo de vida sana?
¿Ha computado igual el café puro molido en casa que el torrefacto con azúcar incorporado? ¿Un litro de café aguado norteamericano cuenta como un chute de cafeína italiano?
Los primeros en relativizar el estudio han sido los expertos en Ciencia Alimentaria y Dietética y Nutricion. Estas son algunas de sus opiniones.
“El problema que tiene este estudio es que algunos aspectos son cuestionables y no se puede hacer afirmaciones categóricas a partir de un análisis observacional. Es cierto que el café contiene polifenoles muy interesantes, algunos taninos, el ácido cafeico, el resveratrol y la quercetina, que son antioxidantes.
De ahí a sacar conclusiones como que reduce la mortalidad prematura hay un trecho, sobre todo porque no conocemos los hábitos de vida de aquellas personas ni el tipo de café que consumían: ¿un arábiga suave o un robusta? La cantidad de taninos no es la misma, dependiendo de la variedad y del tamaño de la taza de café”, señala el catedrático Antonio Luis Villarino, de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA).
El dietista-nutricionista y divulgador científico Julio Basulto, autor de libros tan interesantes como Más vegetales, menos animales, ya publicó en 2015 esta reflexión sobre el consumo de café. Conclusión: tiene sus beneficios y contraindicaciones. Pero lo que seguro no hace es sustituir un estilo de vida saludable y una dieta rica en verduras, frutas y hortalizas.
También el tecnólogo alimentario y dietista-nutricionista Aitor Sánchez, autor del blog sobre nutrición Mi Dieta Cojea, ha manifestado sus reticencias ante el entusiasmo por el estudio. Por su interés y claridad, aquí os dejamos su vídeo-reflexión.
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