El otoño es una estación de transición que, lejos de ser un tiempo de descanso para los amantes de la jardinería y contra todo pronóstico para los menos avezados en la materia, se convierte en el momento perfecto para plantar especies aromáticas que llenarán nuestras cocinas de fragancias frescas durante los meses más fríos.
Aunque el clima se vuelve más severo, hay plantas que no solo resisten las bajas temperaturas, sino que prosperan en ellas, aportando aroma, sabor y vida a nuestros hogares, además de una dosis de jardinería para quitarse el mono de jugar a las plantas.
Entre estas especies destacan el perejil y el cebollino, dos hierbas versátiles que, además de ser fáciles de cultivar, resisten el frío y las heladas, brindando la oportunidad de disfrutar de ingredientes frescos y llenos de sabor incluso en pleno invierno.
Perejil
El perejil, con su frescura inconfundible, es una planta perenne que puede sobrevivir a las primeras heladas sin ningún problema. Se puede cultivar tanto en macetas como directamente en el suelo, lo que lo hace ideal para balcones, terrazas pequeñas o jardines urbanos.
En la cocina, el perejil es uno de esos ingredientes esenciales que aporta un toque verde y fresco a una gran variedad de platos, especialmente las propuestas mediterráneas. Desde ensaladas, salsas o guisos, hasta ser la guarnición perfecta, su versatilidad culinaria es inmensa.
Además, su cultivo es sencillo: necesita un lugar con buena luz y riegos moderados, pero su capacidad para resistir el frío lo convierte en una planta ideal para cualquier hogar en otoño.
Cebollino
Por otro lado, el cebollino, con su sabor suave y ligeramente picante, es otra hierba aromática que tolera bien las bajas temperaturas. Al igual que el perejil, el cebollino se puede plantar en macetas, lo que lo convierte en una opción perfecta para aquellos que no tienen mucho espacio.
Su facilidad de cultivo lo hace accesible incluso para los jardineros más inexpertos. En la cocina, el cebollino es conocido por su capacidad para realzar sopas, salsas, ensaladas y platos de pescado. Además, puede sustituir a la cebolla en recetas más delicadas, aportando un sabor menos invasivo pero también muy agradecido.
Su resistencia al frío garantiza que se pueda cosechar durante todo el otoño e invierno, permitiendo disfrutar de su frescura en cualquier momento.
Ambas plantas llenan el ambiente de fragancia y ofrecen un toque de naturaleza dentro de casa durante los meses más fríos. Las pequeñas macetas de perejil y cebollino pueden colocarse en cualquier rincón del balcón o en el alféizar de una ventana, creando un pequeño oasis verde que invita a cocinar con ingredientes frescos.
Foto | AS Photography
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