Con esta nueva y bonita bolsa de Ikea guardar el pan vuelve a ser como antaño

La multinacional sueca da un golpe nostálgico en la mesa y propone bolsas lavables para mantener el pan crujiente

Pan
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Quienes tengan una cierta edad recordarán en su infancia aquellas bolsas de pan que se colgaban en cualquier pared de la cocina y que, sin pretensiones estéticas, conservaban las auténticas hogazas y barras de masa madre de entonces durante jornadas enteras.

En su interior se acumulaban migas y trozos de pan de varias barras diferentes y nada importaba. En esas bolsas estaba toda la panadería del hogar contenida y bastaba con tirar de sus cuerdas para hacerse con una punta de cualquier barra a medio secar. Pan casero, de la panadería del barrio o del horno del pueblo, todo entraba en aquellas telas rústicas.

Aquellas bolsas que fueron viejas y muy caseras se han vuelto, un poco como todo, auténticas reliquias vintage de un pasado que siempre fue mejor, y que ahora regresa con la paradoja de hacerlo de la mano de una de las mayores multinacionales de decoración.

Ciertamente, estas bolsas jamás han desaparecido del todo pero eran hasta ahora artículos en vías de extinción relegados a cocinas viejunas de las abuelitas de nuestro país.

Con su nuevo lanzamiento, Ikea ha querido devolver a los hogares a aquel sistema de conserva de pan (quizá para que nos quitemos de las baguettes ultraprocesadas) con una bonita propuesta, ideal para el otoño.

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Este lanzamiento se llama Gullrismott y están disponibles en tres medidas diferentes. La mediana, más chata, cuesta menos de dos euros y sus medidas son de 29 por 22 por 20 centímetros y son específicas para pan.

Ikea también tiene la versión para barra, más estilizada, con una capacidad de 3,3 litros, por 3,49 euros dos unidades, y otra bolsa al mismo precio, pero con capacidad para 9 litros.

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Aparte del abrazo nostálgico que suponen, estas bolsas se pueden lavar tantas veces como se quiera, y se pueden usar también para tubérculos y alimentos secos, así como para pastas hechas al horno (que se pueden transportar para agasajar a los demás).

La tela deja circular el aire para que la comida se conserve crujiente y no se reblandezca, y son fáciles de abrir y cerrar (como las antiguas), para que nada pierda sentido.

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Foto | freepik - Ikea

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