Parece una pregunta extraña, porque el agua se bebe y no se come. Pero es que para producir los alimentos que nos comemos se utiliza una gran cantidad de agua, muchísima más de la que nos imaginamos, hasta el punto de que elegir un tipo de comida u otra tiene mucha más influencia que dejarse el grifo abierto mientras nos lavamos los dientes.
La ilustradora lituana Eglé Plytnikaité ha creado una campaña de comunicación para que nos demos cuenta de cuánta agua estamos gastando al comer, y que así tomemos nuestras decisiones siendo conscientes de ello.
Así, por ejemplo, para producir un kilo de chocolate son necesarios nada más y nada menos que 17.000 litros, el equivalente a una pequeña piscina. Un kilo de ternera tampoco se queda atrás, 15.000 litros, 250 bañeras hasta arriba. La carne de cerdo no usa tanta agua, pero aún así son 6.000 litros de agua por kilo, que son 188 duchas.
En el otro lado de la balanza encontramos los cereales, frutas y verduras. Incluso la que más consume, la harina, necesita 1.892 litros por kilo, mientras que los tomates requieren solo 214 litros de agua por kilo.
Le hace a uno pensar.
Más información | Eglé Plytnikaité
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