A veces la tecnología tiene el beneplácito de facilitarnos la vida, de ser mucho más eficiente que algunas personas al frente de algunas tareas, y de ejecutar tareas de una manera impecable, y es posible.
Sin embargo, lo que tienen también las máquinas es un montón de estrategias premeditadas que la espontaneidad de un vendedor no es capaz de arrojar en un solo segundo, y eso, como consumidores, puede ser una gran desventaja.
Por ejemplo, las máquinas de pedidos que se encuentran en la gran mayoría de restaurantes de comida rápida son uno de esos ejemplos y, aunque nos facilitan la experiencia en muchos sentidos, también comprometen más a nuestro bolsillo y salud.
Según el medio Digg, la multinacional de hamburguesas ha recaudado miles de millones más en ganancias gracias a que su clientela usa este rentable sistema de pantallas táctiles para sus pedidos.
Sentimiento de culpa
De hecho, es muy habitual acabar pidiendo de más gracias a la forma en la que estas máquinas proponen la venta y disponen los productos. Son muchos los que terminan la comida sintiéndose culpables por haber pedido demasiado.
De entrada, estas máquinas, parecidas a un teléfono inteligente de medidas gigantes, fueron testeadas a partir de 2018, cuando se decidió implantarlas en todo el parque de restaurantes, en una decisión que han copiado otras cadenas de comida rápida por sus buenos resultados.
Más ventas
Hay numerosas máquinas de este tipo en cada uno de los 40.000 McDonald's que hay alrededor del mundo, y estas han conseguido aumentar un 15% las ventas en países como Alemania, y han sido elogiadas por los directivos por sus buenos resultados.
Según este medio, la disposición de los productos y su medida influyen determinantemente en la elección que se hace desde este tipo de pantallas, poniendo los productos más baratos debajo y los más caros encima, como en el supermercado, acompañadas además de apetecibles imágenes.
Asimismo, al terminar, la pantalla recomienda otros productos complementarios, con lo que fácilmente el consumidor comprará opciones que quizás no habría elegido en el mostrador del restaurante al no habérselas ofrecido nadie de una forma tan visual, apetitosa y aparentemente económica.
Otra estrategia de estas pantallas es disimular le precio, pues el total está escondido en una esquina de la pantalla, de manera que hay que dirigir la mirada específicamente hacia ese lado para ver cómo la cuenta va subiendo, quedando bastante abajo de la vista.
Otro truco, es el sistema de pago: los pagos con tarjeta son mucho más consumistas y abultados que los que son en efectivo (se gasta más), por ello se prioriza esta opción en la máquina y se disimula el pago en efectivo que, además, genera colas (innecesarias para la empresa).
Foto | Joana Costa
En DAP | Una americana compara lo que sirve un McDonald’s en España y en su país y este es el resultado