Restaurante Àtica

El restaurante Àtica es una de las pequeñas y escondidas joyas que hay en la ciudad condal.

Situado a caballo entre el barrio de Sants y Les Corts este pequeño local ofrece una interesante propuesta culinaria. Una cocina de mercado y rápida que nos ofrecen platos como su conocida coca de sardinas, cabello de ángel y pistachos o el “rostit” de alcachofas y butifarra.

Esta vez fuí al menú del medio día. En estas comidas es donde se ve realmente el empeño para sacar una buena cocina, correcta y a un precio ajustado, ellos lo hicieron muy pero que muy bien. El servicio informal pero correcto y adecuado al tipo de restaurante que es así como la decoración y el mobiliario.

El primer plato fue coca de tomate y brie. La masa era realmente crujiente y sabrosa y el tomate cortado en finas láminas junto con el brie caliente daban al plato una buena armonía.

Seguimos el menú con unas albóndigas (que ya había comido en una visita anterior) muy gustosas y jugosas acompañadas de su correspondiente salsa de tomate y unos guisantes frescos.

Los postres son mi perdición y cuando nos dijeron que tenían tiramisú no me lo pensé ni un segundo! El tiramisú lo presentan con una base fina de bizcocho calada con su correspondiente café y amaretto y encima una buena dosis de crema de mascarpone. Para adornar unas virutas de chocolate bien finas. El gusto era correcto y equilibrado, era un buen tiramisú.

Una de las mejores cosas del restaurante Àtica es que al lado de las mesas tienen un buen número de libros gastronómicos donde podemos encontrar títulos como Cocina con Lógica, La cocina y los alimentos, los postres de El Bulli, El Bulli 98-02, y un largo etcétera.