La congelación es un medio de conservación ideal porque la mayoría de la población dispone de congelador en casa y por lo tanto está al alcance de muchos. Este método permite que los alimentos se mantengan durante más tiempo y si se hace correctamente con unas características muy parecidas a las del producto inicial.
La congelación evita la proliferación de los microorganismos pero no los destruye, recuérdalo, y una vez que el alimento deja de estar a temperatura de congelación se empieza a deteriorar y los microorganismos a proliferar. Además las reacciones químicas y enzimáticas no se detienen, solo se vuelven más lentas, y las enzimas no se destruyen, pudiendo deteriorar los productos en sus características sensoriales.
Para hacer la congelación de la mejor forma posible es aconsejable tener en cuenta los siguientes puntos:
- El tipo de congelador: Cuantas más estrellas tenga, mejor será la congelación. Un congelador de cuatro estrellas nos asegura que el producto va a permanecer a -18ºC.
Calidad y condiciones del producto: Cuanto más fresco mejor y de buena calidad. Si llevas a cabo una buena congelación no habrá excusa para que no tengas un buen producto tras descongelar.
Acondicionar el producto para congelarlo: Retirar las partes no comestibles del alimento. Escaldar o cocer las verduras, frutas y mariscos porque así destruimos enzimas que puedan luego dar reacciones no deseables. Además con este tratamiento térmico previo reducimos la carga microbiana.
No congelar alimentos de alto riesgo como carnes picadas.
Temperatura del alimento a congelar: Dejar enfriar el alimento antes de meterlo al congelador, evitándo así que tarde mucho en congelarse, y que pueda empezar a descongelar productos que tenga cerca. Conviene dejarlos enfriar una hora.
Envases herméticos y estancos, o envoltorios adecuados, para evitar contaminaciones y que entren en contacto con otros productos o el aire.
Etiquetar los productos para saber lo que es sin necesidad de abrilos y con la fecha para saber cuando lo congelamos.
Agruparlos por tipos, es decir, cocinados, con cocinados, crudos, envasados.
Congelar lo más rápido posible, minimizando el riesgo de proliferación microbiana y garantizando mejores características organolépticas.
No tener el congelador lleno de escarcha, mantener correctamente el congelador.
No congelar muchos productos a la vez.
Recuerda que al igual que realizar una buena congelación, es igual de importante descongelar de forma correcta, por ello os recomiendo lo siguiente:
Descongelar en el frigorífico para evitar las proliferaciones microbianas.
Descongelar lo que vayas a consumir y hacerlo en 24 horas como máximo.
Descongelar en un sitio limpio, para evitar contaminaciones cruzadas.
No recongelar un alimento congelado total o parcialmente, a no ser que lo hayamos sometido a un tratamiento intenso, como cocerlo, por ejemplo.
Cuando descongelemos con el microondas hacerlo de la forma más homogénea possible y cocinar luego el producto.
Espero que estos consejos te sirvan de ayuda y si alguno tuyo nos puede ayudar te animo a que nos lo dejes en los comentarios.
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