Pocas cosas hay más otoñales que los buñuelos de calabaza, tradicionales de la festividad Todos los Santos a lo largo y ancho de la geografía española. Esto no quita para que los podamos hacer y comer cuando nos plazca. De hecho, son también muy típicos de la Semana Santa, como los buñuelos de Cuaresma o las chulas de calabaza gallegas.
Lo cierto es que son tan fáciles de hacer y están tan buenos que restringir su consumo a un solo día al año es algo que muchos no contemplamos.
Si tienes puré de calabaza casero en la nevera o congelador, cosa que recomendamos encarecidamente, el proceso es muy rápido y en menos de media hora puedes tener estos buñuelos de calabaza listos para ser devorados. Las cantidades que indicamos son suficientes para alimentar un batallón, si sois pocos en casa conviene reducirlas para no saturarse. Aunque cuando se acaben puede que te arrepientas de no haber hecho más.
Pelamos la calabaza, le quitamos las semillas, la troceamos y la ponemos a hervir en agua. Dejamos que la calabaza hierva hasta que estén muy tierna, entonces las sacamos el agua, la escurrimos y la trituramos en la jarra de la batidora, nos quedara con la misma consistencia de la crema espesa. Reservaremos el agua de cocción de la calabaza, ya que nos hará falta un poco para la preparación de la masa.
Separamos las yemas de las claras del huevo. Montamos las claras a punto de nieve y las reservamos. Tamizamos la harina en un cuenco y le agregamos la levadura, el azúcar, la sal, la ralladura de naranja y las dos yemas de huevo. Mezclamos hasta conseguir una masa homogénea a la que añadimos, poco a poco, unas 12 cucharadas del agua de la cocción de la calabaza.
A continuación añadimos el puré de calabaza y mezclamos para conseguir una masa uniforme. Para conseguir una masa fina y sin grumos o tropezones, podemos ayudarnos de una batidora de mano. Por último, agregamos las claras montadas a punto de nieve y mezclamos con movimientos envolventes para que no se nos bajen y perdamos el aire incorporado con el batido.
Rellenamos una manga pastelera con una boquilla redonda con la masa. Calentamos abundante aceite de girasol o vegetal en una sartén pequeña y, cuando esté listo, dejamos caer pequeñas porciones de la masa ayudándonos de un cuchillo para que se desprenda de la boquilla. Volteamos para que se doren por todos lados antes de retirar, escurrir sobre papel absorbente y rebozar en azúcar.
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Con qué acompañar los buñuelos de calabaza
Los buñuelos de calabaza son un bocado exquisito con el que terminar una comida, acompañar el café de sobremesa o disfrutar a la hora de la merienda con chocolate a la taza a la española. Están deliciosos recién hechos y templados, aunque lo recomendable es comerlos fríos. Eso si, a ver quién es el que resiste la tentación de no ir picando del plato según se van rebozando en azúcar.
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