No me quedo sólo con el experimento de las patatas fritas, si os salió bien el otro día hoy os propongo otro. Igual puede que os lleve un poco más de trabajo pero también se obtienen resultados curiosos.
Para llevarlo a cabo, lo mismo, necesitas un jurado, si el que utilizaste la vez anterior te sigue queriendo como amigo y les gustó lo que hicieron te propongo que utilices al mismo.
¿Qué necesitamos?
Esta vez vamos a tener que ponernos manos en la masa y nos va tocar hacer purés de diferentes sabores, por ejemplo, unos de fruta, de manzana, pera y melocotón, otros de verdura, de guisantes, zanahoria y patatas, y por último de otros alimentos más diferentes como cebolla, tomate, alubias…
¿Cómo lo hacemos?
Al catador le tendremos que vendar lo ojos o si queremos podemos echar algún colorante alimentario al puré para que no se relacione con el producto con el que está hecho. Además hay que taparle la nariz con una pinza para que no huela las moléculas volátiles que desprenden los diferentes purés.
Luego se los tienes que dar a probar en el orden que quieras y pedirle que identifique el puré con el alimento del que proviene. Anteriormente le podías haber dicho que purés son los que le vas a dar a probar, pero no el orden… O simplemente dejarle que adivinen sin más.
Resultados y conclusiones:
Los purés de frutas tienen un sabor más o menos ácido por lo que la gente los identificará como tales pero no exactamente con la fruta que sea. Las verduras resultarán más bien insulsas, aunque igual la zanahoria un poco más dulce.
La cebolla estimula el sensor trigeminal, que es el activado por los alimentos picantes y provoca esa sensación de cosquilleo en la parte posterior de la nariz. La cebolla podrá ser confundida incluso con pimienta.
El tomate estimula las papilas gustativas del ‘umami’ y es fácilmente identificable, pero si pusiéramos glutamato monosódico en vez de tomate también se podrían confundir.
Y las alubias, tienen grandes cantidades de sales y azúcar, por lo que algunas personas percibirán su sabor salado y otras el dulce.
Se puede concluir entonces que es necesario percibir por la nariz el aroma de los alimentos para poder calificarlos e identificarlos, y que es muy importante la unión del aroma y el sabor para que un alimento sea tal y como lo esperamos.
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