Como más de uno habrá supuesto, si es que no lo conocéis, Puerto de la Cruz es una localidad turística del norte de la isla de Tenerife. Tras haber pasado unos días en esta isla voy a comentar en una pequeña serie de posts algunas de "las cosas" que he podido catar o probar. Ha sido mucho menos de lo que me hubiera gustado, porque al fin y al cabo la gastronomía no era más que un objetivo entre tantos de este viaje.
Dar un paseo por la zona más turística de Puerto de la Cruz (el paseo junto al mar) cuado se acerca la hora de comer supone "casi sufrir un asedio" por parte de los "embajadores" de los diversos restaurantes de la zona, que nos intentarán convencer por todos los medios de que el suyo es el mejor; restaurantes que por otro lado tenían unas cartas bastante similares con platos de todo tipo, destacando quizás los pescados a la parrilla, y la, parece ser, inevitable presencia de platos combinados y pizzas, platos contra los que nada tengo, por supuesto, pero que hacían en este caso percibir que querían estar preparados para recibir toda clase de público
Sin demasiado tiempo para explorar, y sin nada previsto nos decantamos casi al azar por uno de los restaurantes de la zona, de nombre Casa Pablo. No fue ni de lejos la mejor comida que hicimos en la isla, aunque la podemos calificar de razonable, y lo compensó en parte ser la primera vez que probamos las papas arrugas.
La anécdota fue que cerca nuestro un matrimonio alemán dedicaba todos sus esfuerzos a ingerir una pechuga de pollo y un filete abundantemente bañadas en ketchup. De vez en cuando se veían entrar los típicos grupos de turistas traidos por un guía, que posiblemente cobraría comisión. Aquí tengo que comentar que no tengo nada en contra de "ir de turista", yo mismo he caído en todos los tópicos más de una vez. Pero en este caso buscaba otra cosa, y por fortuna, en días posteriores lo encontré.
(Pido perdón por el color de las fotos, pero es que encima teníamos un toldo de color rojo)