Albaricoque
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Los albaricoques son los frutos del albaricoquero. Árbol que a su vez pertenece a la familia de las rosáceas. Dentro de esta familia encontramos también otros arboles como son el cerezo o el melocotonero. A mi particularmente me gustan mucho y además, me recuerdan la llegada del tan ansiado verano, por eso celebro mucho su presencia en los mercados. Vamos a conocer un poco más sobre esta fruta:
El árbol y el fruto
Su fruto es redondo con una hendidura en el centro, la pulpa es de color amarillo. Es una fruta dulce y ácida a la vez y contiene una única semilla que es tóxica. El origen de este árbol hay que situarlo en Asia y florece entre marzo y abril antes de que broten las hojas. Las flores son blancas con un ligero tono rosado.
Su cultivo se extiende por lugares con un clima cálido y libre de heladas ya que florece muy pronto y una helada, en este tiempo podría echar a perder la producción, aunque necesita inviernos fríos para mantener la latencia del árbol en invierno. El clima mediterráneo ha resultado ser ideal para su cultivo.
Origen de los albaricoques
Hay dos teorías acerca de quién y cómo se extendió el cultivo de este fruto tan popular. La primera nos dice que fueron los romanos los que implantaron su cultivo en el sur de Europa desde Armenia y Turkestán. La otra asegura que fueron los árabes los que extendieron su cultivo por el norte de África y de ahí pasó a Europa. Lo que sí está claro es que su nombre en castellano deriva del árabe albarqúq. Su implantación en América fue debida a los colonizadores.
El primer productor del mundo es Turquía con el 20% de la producción mundial, España es la segunda productora del Europa y la 4ª del mundo.
Usos en la Cocina
Lo bueno de los albaricoques es su versatilidad en la cocina, se pueden comer: crudos, desecados (a los que se conocen como orejones), en almíbar, en confitura, asados etc. Pero es que también de su semilla (tóxica sin tratamiento, ya que contiene ácido cianhídrico) se obtienen aceites y aromas. Los aceites para la fabricación de mascarillas para el cuidado del cutis y los aromas para jabones o esencias culinarias.
Aspectos nutricionales
A nivel nutricional cabe destacar que son ricos en hierro y en vitamina B3, una vitamina ideal para el sistema nervioso así como, para la reducción del colesterol. También contienen abundante provitamina A (beta-caroteno), que se convierte en esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, los huesos y el sistema inmunológico. También son ricos en potasio lo que ayuda a evitar la retención de líquidos.
Su aporte energético es de 39,7 kcal por 100 gr., un aporte calórico bastante escaso si se compara con otras frutas. Esto es debido a su elevada cantidad de agua. Destaca su abundancia en fibra, por lo que las personas sensibles a la fibra deberían consumirlos con moderación. Los azúcares que contienen son los ideales porque son de liberación gradual y controlan, pues, la sensación de hambre.
Como última cuestión, nos hacemos una pregunta: ¿Cómo saber si están maduros y dulces? Pues fijándonos en la coloración rosado-amarillenta de la piel, si no presentan ese color, es mejor dejarlos madurar. Los albaricoques inmaduros pueden resultar indigestos.
En resumen, los albaricoques son una fruta de temporada muy dulce y con bastantes beneficios para la salud, que resultan fácilmente digestibles si se comen maduros. Son muy versátiles, así que, hay que animarse a consumirlos y agregarlos a nuestros platos.
Recetas con albaricoques en Directo al Paladar
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