Las verduras salteadas son perfectas como guarnición para todo tipo de platos, pero también pueden ser protagonistas de una cena fácil y saludable, que se prepara en minutos. La posibilidad de personalizar las verduras según la temporada o preferencias, las hace el acompañamiento perfecto para cualquier ocasión.
La mayoría de las verduras son aptas para este método, pero algunas funcionan mejor que otras. Alimentos como pimientos, cebollas, champiñones, brócoli, espárragos, calabacines y zanahorias son excelentes opciones, ya que conservan su textura y sabor cuando se cocinan rápidamente a fuego alto. Por otro lado, verduras más delicadas como espinacas o hojas de acelga pueden marchitarse demasiado rápido y no cumplir el objetivo.
Lavar, pelar y cortar las verduras. La elección del corte es a gusto, sea en cubos grande o pequeños, finas láminas o rodajas.
En una sartén grande, calentar las cucharadas de aceite de oliva a fuego medio-alto. Agregar el puerro y saltear durante 2 minutos, hasta que empiece a ablandarse. Añadir la zanahoria y el brócoli, y cocinar unos 5 minutos, revolviendo ocasionalmente. Incorporar los champiñones, calabacines y el diente de ajo rallado, y continuar cocinando por otros 3 a 4 minutos hasta que las verduras estén tiernas pero aún crujientes.
Sazonar con sal y pimienta al gusto. Retirar del fuego y terminar con el perejil seco (o fresco). Servir a temperatura como guarnición o como base para otros platos.
Con qué acompañar las verduras salteadas
En definitiva, las verduras salteadas acompañan una amplia gama de platos principales. Algunas alternativas son pechugas de pollo al horno o bien salmón al horno en papillote hasta tofu al vapor para una comida totalmente vegana. Todo es posible y, si queremos que las verduras sean protagonistas, se pueden acompañar de un cuenco de arroz blanco o unas lentejas.
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