Ideal para combatir el frío, este plato tradicional combina ingredientes sencillos pero llenos de sabor, ofreciendo una comida reconfortante que te transportará a las tierras montañosas del Valle de Liébana.
El cocido lebaniego es una auténtica joya de la gastronomía cántabra. A diferencia del cocido madrileño, este guiso se suele comer en solo un vuelco, en el que se sirve, además de los garbanzos, los fideos, las verduras y las carnes.
Además, lleva "relleno", una especie de albóndiga hecha con miga de pan, chorizo, panceta, huevo y perejil, que le da un toque único. Todo se cuece lentamente para que los sabores se fundan y se consiga esa textura tan característica de un buen cocido.
Este plato es un festín en sí mismo, y resulta ideal para disfrutar en familia o con amigos en los días más fríos del invierno.
Lo primero que haremos será colocar las carnes (morcillo, costilla, panceta y hueso) en la olla a presión y cubriremos con agua. Cerramos la olla a presión, ponemos a fuego vivo, y cuando suba la válvula, bajamos el fuego al mínimo y dejamos cocer durante 25 minutos.
Mientras tanto cocemos el repollo en agua salada durante 10 minutos. Escurrimos y sofreímos los ajos con un poco de pimentón antes de agregar el repollo y sofreírlo un par de minutos.
Retiramos de la olla las costillas y la panceta, agregamos los garbanzos, las zanahorias en rodajas y los choricitos, cerramos la olla y ponemos de nuevo a fuego vivo. En cuanto suba la válvula, bajamos el fuego al mínimo y cocemos 20 minutos.
Apartamos la olla del fuego, retiramos las carnes y el hueso, y reservamos las carnes.
Para preparar las albóndigas mezclamos en un cuenco la panceta picada junto con la miga de pan, uno de los chorizos picado finamente, perejil y huevo batido. Agregamos un poco de caldo y ajustamos de sal.
Formamos bolitas con las manos, las pasamos por harina y las freímos en aceite de oliva bien caliente. Las dejamos escurrir sobre papel absorbente.
Calentamos el cocido y cuando hierva, apagamos el fuego y agregamos los fideos. Pasado el tiempo retiramos la olla del calor, añadimos la morcilla en rodajas y dejamos reposar unos minutos antes de servir.
Con qué acompañar el cocido lebaniego
Aunque es un plato bastante contundente, si quieres ofrecer un acompañamiento que complemente bien su sabor, un buen pan de pueblo o pan rústico es perfecto para mojar en el caldo y acompañar las carnes y garbanzos.
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