Son muchas las recetas de las que hemos tomado inspiración del cocinero vasco Karlos Arguiñano, incluso para una receta tan aparentemente simple como la lubina al horno, el chef vasco da algunos pequeños trucos para conseguir que esta lubina sea mejor que nunca, al nivel de la lubina a la sal.
Este caso, las mismas pautas que vamos a tener en cuenta para hacer esta lubina al horno de Karlos Arguiñano, se pueden tener también en cuenta para completar cualquier receta de un pescado parecido: besugo, virrey, merluza, corvina, dorada, pescadilla, bacalao, cabracho…
También podéis valeros de esta receta para hacer lubina al papillote rellena, a la que podéis meter dentro calabacín, pimiento rojo, cebolla e incluso hacer una salsa un poquito más densa como si fuera una especie de salsa marinera que también le irá muy bien a la lubina asada.
Los propios jugos que pueda soltar la lubina irán a parar a las patatas panadera que nos esperan abajo, del mismo modo que si preparásemos una lubina a la espalda, podemos recuperar esos jugos para hacer una salsa verde que también le iría de perlas para luego salsear por encima de nuestra lubina al horno de Karlos Arguiñano.
Pelar las patatas y cortarlas en rodajas de medio centímetro de grosor. Untar la base del recipiente del horno con aceite de oliva. Disponer una cama con las patatas en rodajas, el vino blanco, un vaso de agua y salpimentarlas.
Cubrir el conjunto con papel albal y poner 35 minutos en el horno a 200 ºC. Abrir con cuidado el papel albal por el calor del vapor y dejar destapado 22 minutos mas a 200 ºC con la lubina ya salada.
Cuando el ojo esté blanco estará hecho, momento en que servimos inmediatamente.
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Con qué acompañar la lubina al horno de Karlos Arguiñano
Igual que otras recetas de pescado a la plancha o de pescado al horno, esta lubina asada de Karlos Arguiñano nos viene de perlas para resolver un segundo plato para una comida para una cena en cuestión de minutos.
Si somos más en casa, solo tenemos que duplicar la ración tanto de patatas como de lubina y procurar hacerlo en fuentes separadas para que no se acaben mal cociendo.
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