El gallo es uno de esos esos pescados planos que se mueven como pez en el agua por el terreno de las planchas. Sus ventajas, debido a su forma, permite cocinarlo de manera sencilla y uniforme sin que seamos virtuosos de los fogones.
Lo mismo que pasa con el lenguado, un pariente lejano, aunque bastante más caro, así que podemos suplir con creces nuestras ganas de pescado con el gallo, cuando no podemos hacernos con rodaballo a la plancha.
Se puede hacer también rebozado, pero la realidad es que el pescado a la plancha, sea del tipo que sea (merluza, sardinas, caballa, bonito, salmón, bacalao, bacaladilla…) queda de maravilla y no exige mucha ciencia.
Lo único que sí debemos tener claro es que el pescado debe ser lo más fresco posible y debe estar desescamado y eviscerado, tareas que podemos pedir en la pescadería sin problemas. Si el pescado es descongelado, debemos descongelar bien, quitar el exceso de agua y atemperarlo.
Atemperamos el pescado, lo salamos por ambos lados y en una sartén con fondo grueso añadimos un poco de aceite de oliva.
Calentamos a fuego medio alto, ponemos el pescado, empezando a cocinarle por el lado de los ojos.
Cocinamos dos minutos y medio por cada lado y servimos.
Tefal Daily Cook - Sartén baja de 24 cm con revestimiento resistente, duradero y seguro, Thermo-Signal, mango ergonómico antiquemaduras, apta para todo tipo de cocinas, sin PFOA, plomo ni cadmio, Inox
Con qué acompañar el gallo a la plancha
En todas estas recetas de pescados a la plancha o al horno siempre vienen bien unas fritadas de verduras, unas patatas fritas o unas patatas asadas. También podemos hacer una mayonesa o una salsa alioli, o acompañar con un poco de ensalada.
En DAP | Las 107 recetas de pescado para esta Navidad
En DAP | Pescado al horno: nueve recetas ideales para los que empiezan la dieta