Cuando visité Córdoba, haciendo un recorrido por su gastronomía, tuve el honor de ser nombrado embajador de la Cofradía del Salmorejo y no podía dejar pasar ese honor sin contaros cómo se hace la receta del salmorejo cordobés tradicional, una sopa fría como la mazamorra con la que siempre quedo bien contento, especialmente en los días calurosos de primavera y verano, y que es una de las mejores recetas de la cocina andaluza.
El salmorejo es una deliciosa crema espesa que se toma fría, que puede prepararse majando los ingredientes con paciencia en un mortero, o ayudados de una batidora o un robot de cocina, muy parecida a la porra antequerana y primo hermano del gazpacho, aunque éste debe ser más ligero y cambian algunos ingredientes.
Aunque hay quien añade algunos ingredientes adicionales a los que vamos a indicar, la receta tradicional se hace con solamente cuatro, tomates, pan de telera, aceite de oliva virgen extra y sal, a los que se puede añadir un diente de ajo.
Para hacer el salmorejo, me gusta ir mezclando los ingredientes paso a paso para así conseguir la textura perfecta. Comienzo lavando los tomates, retirando lo verde del pedúnculo y triturándolos. No es necesario pelar ni quitar las pepitas porque después paso el puré de tomate por un colador fino donde se queda todo pasando solamente el tomate.
En un bol coloco el pan y lo cubro con el puré de tomate dejando que se impregne durante unos diez minutos. Pasado ese tiempo, incorporo el diente de ajo y trituro bien con la batidora o con la Thermomix y obtengo una crema espesa de pan y tomate. La proporción de pan que yo uso es estupenda para esta textura, pero podéis variarla en función del agua que tengan los tomates que utilicéis y de lo consistente que sea la miga.
A continuación incorporo el aceite de oliva virgen extra. Un buen salmorejo se debería hacer siempre con aceite de la zona de Córdoba, por lo que si podéis, cualquier variedad de la D.O. Priego de Córdoba es la idónea, pero en todo caso, si no tenéis de allí, utilizad un buen aceite de oliva virgen extra que conseguirá la emulsión perfecta y un resultado cremoso y espeso.
Tras echar el aceite volvemos a turbinar todo en el robot de cocina o a base de batidora y paciencia hasta que nuestro salmorejo sea uniforme, con un bonito color anaranjado y suficientemente compacto como para aguantar sobre su superficie los tradicionales tropezones de guarnición con los que se decora cada ración.
Con qué acompañar el salmorejo cordobés
La receta de salmorejo cordobés tradicional es ideal para tomar a todas horas. Resulta excelente como aperitivo, y también es un delicioso primer plato. Si lo hacéis bien espeso, es muy saciante por lo que un pequeño cuenco será suficiente. La tradición exige acompañar siempre el salmorejo andaluz con unas tiritas de buen jamón, huevo duro picado y unas gotitas de aceite de oliva virgen extra.
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