El motivo de que un día hiciera esta tarta que a simple vista no llama mucho la atención, es porque mi padre se presentó un día en casa con una bolsa de zanahorias y yo no sabía qué hacer con ellas.
Dio la casualidad de que en el programa de Arguiñano ví un día cómo la hacían y me dio por hacerla.
Os puedo asegurar que en casa hay a quien no le gusta la zanahoria y tomó la tarta como si no la llevara (espero que no se entere).
Sabe como el bizcocho de toda la vida, sólo que tiene un colorcillo más original.
Los ingredientes: 150 gramos de zanahorias, 4 huevos, 200 gramos de azúcar, 150 gramos de harina, medio sobre de levadura, 180 gramos de mantequilla, azúcar glas.
La preparación: Limpiamos la zanahoria y la ponemos en agua a hervir hasta que esté bien blandita.
Mezclar en un bol la mantequilla y el azúcar y mover con la varilla de la batidora. Se van agregando los huevos de uno en uno sin dejar de mover. A continuación echamos la zanahoria y seguimos moviendo. Por último se añade la harina y la levadura.
En un molde untado con mantequilla y enharinado se echa la mezcla anterior. Horneamos a 175 grados durante 30 minutos aproximadamente. Se desmolda y decora espolvoreando con azúcar glas.
Ya verás como muchos no se dan cuenta de que lleva zanahoria. Para los más pequeños es una buena forma de que coman verduras.