Muy típica de ciertas mesas navideñas cuando llegan los dulces, esta sopa de almendras se puede encontrar en muchas cocinas de nuestro país como la extremeña, la manchega, la andaluza o la mallorquina, además de ser muy típica de Toledo.
No sabemos de dónde es originaria al 100%, pero sí sabemos que es deliciosa y que nos permite salir de la tónica de postres demasiado azucarados que nos plagan la Navidad.
Por ese motivo, esta receta nos encanta para reducir ciertas calorías, darle lustre a los postres en Navidad y seguir tirando de cuchara con un plato muy tradicional.
Los únicos consejos que podemos daros es que elijáis una buena canela de Ceilán para aromatizar la leche, que el pan duro esté bien duro y que la almendra sea de calidad.
Ponemos la leche a hervir en una olla junto con la piel de limón y la canela en rama durante cinco minutos a fuego medio para que tome la leche bien los sabores del limón y la canela.
Añadimos la almendra molida y removemos para que se mezcle bien con la leche.
Añadimos las almendras picadas en trozos pequeños y, sin dejar de mover, dejamos que hierva durante cinco minutos a fuego medio.
Ponemos el pan, cortado en rodajas finas, en la olla junto con la leche y las almendras.
Dejamos que hierva durante un minuto y añadimos el azúcar, movemos muy bien hasta que veamos que el azúcar se ha disuelto.
Por último, dejamos reposar toda la noche, mejor fuera de la nevera pero con papel film, y al día siguiente la refrigeramos, consumiéndola fresquita, así que la sacaremos del frigo poco antes de servirla.
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Con qué acompañar la sopa de almendras
Lo mejor de esta sopa de almendras es que se puede preparar con antelación, dejándola hecha de la víspera y permitiendo reducir la carga de trabajo el día de Navidad o Nochebuena. Además es perfecta para no abusar de dulces industriales.
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