Pocas meriendas y desayunos hay más tradicionales que acercarse una churrería y pedir una buena ración de porras calentitas para disfrutar de ellas. Un placer otoñal invernal que ahora puedes replicar en casa con mucha facilidad.
Hacer porras caseras, que no una porra antequerana, es bien sencillo, apenas necesitamos tres o cuatro ingredientes, una buena sartén donde poder freírlas y un poquito de manía para manejar la churrera. Más allá de eso, no hace falta nada más.
El único truco que tiene hacer porras caseras es que la masa quede bien homogénea y consigamos hacerla del tirón con un poquito de intensidad. Al contrario que otras masas de harina y líquidos como pueden ser los bizcochos o los pasteles, la harina de porras debe verterse sobre agua caliente.
Como siempre que hacemos frituras por inmersión, es conveniente que tengamos una muy buena cantidad de aceite caliente para este tipo de fritos: no seáis tacaños, porque estaremos dando vueltas a las porras y lo único que conseguiremos será que se encharquen.
Poner en un cazo el agua a hervir. En cuanto hierva, apagar el fuego y añadir la harina de golpe, la sal y el impulsor. Remover enérgicamente hasta tener una masa lo más homogénea posible.
Introducir en la churrera con la boquilla más a apropiada la masa y extruir sobre el aceite muy caliente, justo antes de humear.
Ponerla en el aceite en forma de rosca y freír por ambos lados hasta que esté dorada. Sacar sobre una rejilla metálica y escurrir después por papel absorbente.
Ilsa Churrera metálica, Acero Inoxidable, Plateado, Altura 18 cm. Base 7 cm
Con qué acompañar las porras caseras
Lo más habitual para acompañar unas porras caseras es hacer un café con leche, tener a mano un vaso de leche para los más pequeños o, si nos ponemos cocinillas, hacer un chocolate caliente a la taza. También podéis espolvorear canela, azúcar glasé o hacer una cobertura de chocolate en la cual untar estas porras caseras recién hechas.
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