Son muchas las recetas que incluyen el azúcar vainillado en su elaboración, y aunque este es un producto que normalmente lo solemos comprar, prepararlo en casa es muy sencillo, además el aroma resulta mucho más puro, con el añadido de que por un mínimo precio conseguimos un delicioso azúcar aromatizado.
En general este tipo de azúcar lo solemos utilizar en repostería, aunque la verdad es que tiene muchos otros usos, como endulzar un delicioso te, café o incluso un vaso de leche caliente, también resulta ideal para utilizarlo a la hora de caramelizar cebolla, aportando un sabor muy delicado.
Y como suele ocurrir en muchas otras cosas, todo es empezar y aromatizar el azúcar tienen un sinfín de variantes, una rama de canela, cascarás secas de frutas, como naranja, mandarina, limón, etc, o flores, son muchas las alternativas, así que os dejo volar vuestra imaginación.
Pondremos el azúcar en un bote con cierre hermético, de este modo conseguimos que la fragancia no se evapore e impregne el azúcar con ella.
Cortamos nuestras vainas de vainilla en tres trozos cada una y las añadimos al azúcar. En cuanto a la vainilla a utilizar os aconsejo utilicéis la mejor que podáis, esto os hará que la fragancia sea mucho mayor. Cerramos el bote y lo agitamos ligeramente.
Dejamos reposar la preparación, durante tres días como mínimo, pero mejor si aguantamos una semana, antes de utilizarla. Durante ese tiempo, podemos ir agitándola para ir moviendo el azúcar.
Con qué utilizar el azúcar vainillado
El azúcar vainillado aporta un sabor en la repostería realmente delicioso, me gusta mucho utilizarla en la Crème brûlée, aporta un sabor delicado, así como para endulzar bebidas. En platos salados también aporta un sabor extra muy suculento.
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