Nada más y nada menos que un 37 por ciento es lo que ha subido el precio del aceite de oliva en el último año, y no deja de subir. Esto me recuerda la situación que se creó hace unos cuantos años, cuando el precio del aceite era tan caro que los grandes distribuidores empezarón a usar las ofertas en aceite de oliva como "gancho" para que los consumidores acudiéramos a las grandes superficies.
No sé si llegaremos a eso, pero el aceite de oliva es un producto cotidiano, de primera necesidad en nuestras cocinas podríamos decir incluso, y ya hay quien ha empezado a sustituirlo por otros tipos de aceite, como por ejemplo, el de girasol. ¿Seguirá subiendo su precio?
Vía | Consumer