No seré yo el que niegue que uno de los grandes conflictos que vamos a tener cualquiera en un aeropuerto es el temor a que nos pierdan la maleta. Un temor que aumenta necesariamente cuanto más lejos vamos y cuantos más días vamos a estar fuera de casa.
Por eso, cuando nos despedimos en el mostrador de facturación de nuestra maleta o algún trabajador de la aerolínea tiene a bien quitarnos nuestro preciado equipaje ya en la cola de embarque, ponemos cara mustia y pensamos que quizás ese día nos toque a nosotros.
Motivo por el que muchas personas, sobre todo, cuando vivimos en un mundo donde la estandarización llegan a niveles tan altos, como para ver nuestra maleta varias veces dentro de un aeropuerto, recurren a poner algún detalle que les permite identificarla de forma más sencilla cuando la ven pasar por las cintas transportadoras.
Lazos y pañuelos forman parte del arsenal habitual que colocamos tanto en las manetas de la maleta como en los tiradores para poder identificar el equipaje de marras a cierta distancia. Sin embargo, lo que parece una solución estupenda y propia de mentes brillantes se puede convertir en una complicación.
Piensa por un momento en las miles de maletas que pueden pasar por un aeropuerto internacional, especialmente en periodos vacacionales tan acusados como la Navidad o el verano, y ten en cuenta que lo que pongas para identificarla podría jugar en tu contra.
¿Cómo? Pues cuando debes tener claro que los aeropuertos funcionan con sistemas de escaneado muy precisos que permiten que las maletas cuando tienen códigos de facturación, acaben donde deben. Sin embargo, si lo que se va a encontrar el escáner de turno es un pañuelo que está tapando el código que le interesa, lo más probable es que lo acabe leyendo.
Como es evidente, la mayor parte del trabajo dentro del mostrador de facturación y y subida a bordo de equipajes en un aeropuerto está muy mecanizado. Tanto como para que apenas sean solo dos personas al principio y al final de todo el proyecto, las que tocan la maleta con sus manos: la persona que lo va a recoger en el mostrador de facturación y la persona que lo va a subir al avión.
Entre medias lo que van a aparecer son muchas cintas transportadoras y escáneres, que se encargarán de procesar debidamente la información del código y conseguir que tu maleta vaya al avión que corresponde.
Si lo que haces es ponerle trabas a este escáner con elementos que puedan entorpecer su lectura, lo único que vas a conseguir es aumentar el riesgo de que te pierdan la maleta.
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