Alguna vez se me escapa el comentario de que mi novio es como un niño a la hora de comer, porque tengo que sacar mi lado más creativo si quiero que coma verduras. Claro que luego conozco a niños que devoran todo tipo de vegetales con pasión, así que no quiero repetir ese cliché nunca más. El caso es que le encantó su plato de pasta gratinada con salsa de verduras, nueces y tomate seco, pero hubiera puesto mala cara si le llego a servir la salsa en su versión primigenia.
Porque se trata de una receta de aprovechamiento de la sanfaina que hice para aquel bacalao de Semana Santa, ya que fui previsora y cociné mucha cantidad. Podemos usar también pisto o cualquier receta de verduras similar, o directamente cocinar la salsa a propósito para este plato. La mezcla de hortalizas mediterráneas con nueces trituradas, tomate seco y queso es un acierto absoluto.
Si no tenemos restos de pisto o sanfaina lo podemos preparar a nuestro gusto, usando buen tomate natural o en conserva artesano, y la combinación que más nos guste de verduras. Recomiendo usar cebolla dulce, no demasiado aceite, al menos un pimiento rojo y combinar calabacín y berenjena. Una vez listo, triturar, dejando piezas de verdura más o menos enteras si no tenemos tiquismiquis en casa que se puedan quejar.
Cocer la pasta en abundante agua salada hasta dejarla al dente, siguiendo las instrucciones del paquete. Escurrir y enfriar, reservando parte del agua de cocción. Reservar. Abrir las nueces y triturarlas hasta tener una textura muy fina. Picar los tomates secos, que deben estar rehidratados en aceite o en agua.
Precalentar el horno a 200ºC y preparar una fuente adecuada. Echar la salsa de verduras trituradas en una olla o cazuela amplia y agregar las nueces y el tomate. Mezclar y calentar, dejando que se junten los sabores a fuego bajo. Añadir el vino tinto y las hierbas provenzales. Si estuviera muy espeso, incorporar agua de cocción de la pasta.
Echar la pasta cocida a la olla y mezclar bien. De nuevo, ajustar la textura, aunque no debe quedar muy líquido. Llevar a la fuente y cubrir con queso rallado al gusto, un poco de aceite de oliva vigen extra, pimienta negra y algunas hierbas más. Gratinar hasta que se forme una capa bien dorada y crujiente por encima.
Con qué acompañar la pasta con salsa de verduras
Esta pasta gratinada con salsa de verduras, nueces y tomate seco es un plato reconfortante y con muchísimo sabor. El tipo de pasta lo podemos variar al gusto, pero recomiendo usar una variedad corta, con huecos o estrías para que la salsa se adhiera mejor, y que sea integral de verdad.
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