Qué peligro tienen los muffins. Se preparan tan rápido, son tan sencillos, y admiten tantas combinaciones diferentes, que es difícil resistirse a hornearlos con frecuencia. Además son muy versátiles, y por eso en mi casa los tomamos a cualquier hora del día. Aunque la receta que traigo hoy, unos deliciosos muffins de triple chocolate, creo que como mejor se disfruta es a media tarde con una buena taza de nuestro café favorito.
En mi familia siempre hemos sido muy chocolateros, y por suerte mi pareja también comparte esa afición conmigo. Pero a veces tenemos pequeñas discusiones porque a él le gusta más el chocolate suave, con leche o blanco, mientras que yo soy una apasionada del negro. Así que el otro día pensé que unos muffins que combinaran tres tipos de chocolate diferente serían la solución a nuestro debate. Y desde luego, ninguno nos quejamos.
Precalentar el horno a 190ºC y preparar una bandeja con moldes para muffins. Derretir la mantequilla y dejarla enfriar un poco. Trocear groseramente los tres chocolates con ayuda de un buen cuchillo, dejando piezas grandes.
Batir con unas varillas en un cuenco los huevos con la mantequilla, el yogur natural, el azúcar moreno y la esencia de vainilla. En otro recipiente más grande, mezclar la harina con el café descafeinado, el cacao en polvo, la levadura química, el bicarbonato sódico y la sala. Añadir los chocolates troceados mezclando bien.
Incorporar la mezcla de ingredientes húmedos y trabajar la masa con ayuda de una espátula o cuchara grande, con movimientos suaves, hasta que no queden rastros secos.
Repartir en los moldes y hornear durante unos 18-20 minutos, hasta que al pincharlos con un palillo salga limpio. Dejar enfriar unos 15 minutos antes de desmoldarlos.
Con qué acompañar los muffins
Normalmente recomiendo dejar enfriar los dulces antes de degustarlos, pero con estos muffins de triple chocolate os dejo hincarles el diente cuando todavía estén templados, ya que es difícil resistirse a ese profundo aroma a cacao. Son una delicia acompañados de una buena taza de café o de té, o un sencillo vaso de leche fresca.
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Solo necesitas colocar un poco de hielo picado en un vaso pequeño, añadir 2 cl. de sirope de menta y verter un espresso recién hecho. Eso sí, asegúrate que es un Espresso Perfetto, porque es la base de esta deliciosa bebida. Para ello, selecciona bien la mezcla y la cafetera. Las cafeteras Saeco de Philips te lo ponen realmente fácil, tan sencillo como apretar un botón.
