Las galletas con chips chocolate son ya un clásico sobre todo inspiradas en la repostería americana, desde donde también nos ha llegado la idea de hornear con mantequilla o crema de cacahuete. Ambos ingredientes combinan de maravilla y nos regalan delicias como estas galletas de doble cacahuete y chocolate, con ese delicioso sabor a fruto seco tostado y un toque crujiente.
Tenemos cacahuetes por partida doble; además de la crema, siempre 100% natural, que enriquece la masa con su textura y aroma, los cacahuetes picados potencian aún más el sabor de estas ricas galletas, muy sencillas de preparar y que aguantan perfectamente varios días si se guardan bien. Eso si conseguimos no devorarlas antes.
Precalentar el horno a 175 ºC y preparar un par de bandejas grandes con papel sulfurizado de hornear, o con láminas de silicona antiadherente. Picar el chocolate (si no se usan chips) y los cacahuetes ligeramente a cuchillo, sin macacharlos demasiado, y reservar.
Batir con batidora de varillas la mantequilla con la mantequilla de cacahuete y el azúcar, durante unos 3-5 minutos, hasta que la mezcla esté esponjosa y homogénea. Añadir los huevos y la vainilla, y batir un poco más.
Aparte tamizar la harina con el bicarbonato y la sal, y añadirlo a la masa húmeda. Combinar todo batiendo a velocidad baja y terminar de mezclar con una lengua o espátula. Añadir el chocolate y los cacahuetes, reservando algunos para decorar al final.
Tomar pequeñas porciones de masa, con una cucharilla, y dar forma de bolitas con las manos. Distribuir en las bandejas, aplanar con un tenedor o con el dedo y agregar unos trocitos de cacahuete. Hornear durante unos 10 minutos, hasta que se hayan dorado y estén firmes.
Esperar 5 minutos fuera del horno antes de trasladar a una rejilla para que se enfríen por completo, y guardar en un recipiente hermético.
Con qué acompañar las galletas de cacahuete y chocolate
El acompañamiento más típico que piden unas galletas como estas de cacahuete y chocolate es un buen vaso de leche o de alternativa vegetal, fría o ya más calentita si empieza a refrescar. Podemos agregarle cacao puro en polvo para potenciar aún más el sabor del chocolate de esta merienda o desayuno caprichoso, un antojo ocasional que es mejor compartir con la familia o los amigos. Son ideales para sacar también en la sobremesa con el café o té.