El flan es un postre tradicional que siempre merece la pena reivindicar, digno tanto de los recetarios caseros como de los mejores restaurantes. A las múltiples versiones que tenemos de esta delicia, desde el básico de huevo al de café o de queso, sumamos el flan de calabaza asada, con una textura muy cremosa.
Nos hemos basado en esta receta para preparar nuestra versión, más reducida para hogares no tan numerosos, aumentando un poco la cantidad de calabaza y bajando ligeramente el azúcar. El caramelo casero es fácil de hacer si se respeta la norma de no remover el contenido y extremar las precauciones de no salpicar o tocarlo, y podemos ajustar el nivel de tostado al gusto.
En nuestro caso preferimos un tono de caramelo suave para que no robe demasiado protagonismo al flan en sí mismo, que hemos aromatizado con un poco de vainilla y canela. Jengibre, nuez moscada o cardamomo, en pequeñas pizcas, también le irían muy bien.
Comprobar que la calabaza está bien triturada y escurrida, como explicamos en esta guía para hacer puré de calabaza casero. Precalentar el horno a 165ºC con calor arriba y abajo y preparar unos cuatro o cinco moldes para flan individual, tipo flaneras metálicas, y una fuente para hacer al baño maría.
Comenzar con el caramelo; poner el azúcar en un cazo o pequeña sartén, añadir el agua y unas gotas de zumo de limón. Calentar a fuego medio sin remover, hasta que empiece a burbujear y se ponga blanco. Girar el recipiente suavemente sin introducir ningún utensilio dentro, y seguir calentando hasta que adquiera un color ámbar tostado.
Repartir con cuidado en caliente en las flaneras y dejar enfriar. Para el flan, batir todos los ingredientes con unas varillas o usar una batidora a velocidad suave par no introducir demasiado aire. Repartir en los moldes, sin llenarlos del todo, y colocar en la bandeja al baño maría.
Hornear durante unos 50-60 minutos, hasta que hayan cuajado en el centro pero sin pasarse demasiado. Sacar del horno con cuidado y dejar enfriar en la propia bandeja. Retirar del agua, tapar con film y refrigerar unas horas antes de servir, idealmente toda la noche.
Para desmoldar, pasar con suavidad primero la hoja de un cuchillo fino por todo el diámetro, poner boca abajo sobre un platito o cuenco de servir, y dar pequeños golpes.
Con qué acompañar el flan de calabaza
Un acompañamiento clásico para el flan es la nata montada, inigualable si es casera y preparada con un lácteo de primera calidad, que podemos endulzar o dejar sin más. El yogur griego o una crema de mascarpone también serían buenos remates, además de un granillo crujiente de frutos secos, galletas de barquillo troceadas o frutos rojos.
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