Ha llegado la primavera, y con ella se desempolvan las herramientas de jardinería para llenar los balcones de casa de flores y plantas de temporada. Para animar esta afición, la cadena sueca Ikea ha incorporado a su surtido de plantas una novedad de lo más particular: la planta del café, de origen africano.
Este vegetal es difícil de cuidar, pero no imposible. Requiere una serie de cuidados y atenciones más allá de los de las plantas mediterráneas, acostumbradas a la sequía y a la bonanza climática. Por el contrario, ella es una reina en su terreno.
Esta planta es de origen tropical y tiene unas necesidades exigentes en cuanto a riego, iluminación y humedad. A cambio, la planta del café ofrece un intenso y seductor aroma de la mano de sus florecillas, así como una estética de lo más elevada gracias a unas hojas brillantes y de un verde muy llamativo tipo encerado.
No es para novatos
Esta planta, que no es para novatos de la jardinería, adquiere dimensiones considerables si se planta en el suelo. En maceta no alcanza los cinco metros que puede llegar a medir por libre, sino que como mucho crece hasta el metro y medio.
Para empezar, el primer paso para que esta planta se sienta a gusto en casa es preciso buscarle un lugar con mucha luz, pero que esta no entre directamente en la estancia.
Asimismo, en cuanto a la ubicación, las corrientes de aire no son amigas de esta planta, que también necesita una temperatura confortable que se sitúe entre los 24 y los 29 grados.
Esta temperatura es la que puede haber en el interior de un hogar con climatización en invierno y aire acondicionado en verano. En cualquier caso, esta planta no soporta las temperaturas inferiores a los 15 grados.
Entre sus exigencias también está la necesidad de un transplante una vez al año, cuando termina la primavera, con tal de renovar los nutrientes de la tierra y de darle un poco más despacio a sus raíces.
Su tierra, en condiciones
La elección del sustrato no es un problema menor, pues debe tener una mezcla entre turba arena y sustrato orgánico a base de compost o guano.
Al consumir muchos nutrientes, esta planta necesita también un abonado frecuente que ayuda a mantener el brillo y color de sus hojas. Una vez cada dos semanas habrá que abastecerla con abono para plantas verdes.
Por último, en cuanto al riego y la humedad, esta planta tiene una demanda de agua bastante alta, por el hecho de ser tropical, especialmente en los meses de primavera y verano, de manera que el sustrato no se tiene que secar nunca en estos meses. En invierno y otoño, con un riego semanal es suficiente.
En la misma línea, la humedad también es un requisito para mantener esta planta en el mejor estado de salud, un ambiente muy húmedo, de al menos el 50 %, es lo mínimo que esta planta exige a sus cuidadores. De no ser posible, hay que pulverizarla cada tres o cuatro días.
Fotos | Joana Costa
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