Alemania vive desde hace tiempo una crisis de trabajadores que se suma a la generalizada que está afectando a la economía mundial, golpeada en los últimos meses por los precios y abastecimiento de la energía. Para tratar de hacerle frente, varias cadenas de supermercados del país proponen reducir sus horarios comerciales, una manera de disminuir el gasto y también de fomentar el empleo.
Quien ha lanzado la liebre ha sido Tegut, propiedad del grupo suizo Migros y una de las principales compañías de distribución minorista del país. El director general de la cadena, Thomas Gutberlet, se ha dirigido a las autoridades de los 16 estados federados -länder- alemanes exponiendo su plan de combatir la crisis energética con una reducción generalizada de los horarios comerciales en todo el país, al menos durante tres meses.
Tradicionalmente los países centroeuropeos germanos, como también Suiza y Austria, cuentan con un horario en los comercios públicos muy distinto al habitual en España, abriendo incluso a las 6 de la mañana y cerrando a primera hora de la tarde en ciertas localidades más pequeñas. En los últimos años se han ido ampliando estos horarios, especialmente en las ciudades más grandes de Alemania, que además cuentan con legislaciones distintas en cada estado.
Tegut propone seguir el ejemplo de Baviera, que cuenta actualmente con un horario de apertura generalizado como máximo hasta las 20 horas, de lunes a sábado, para minimizar el gasto de energía de los supermercados y otros comercios, y facilitar también la jornada laboral. Es una medida similar a la que comparten otras compañías, como Edeka, que ya ha cerrado al mediodía algunos de sus locales, una medida motivada también por la falta de personal que afronta el país.
Como ya explicaron en Magnet, la falta de trabajadores en Alemania es un problema que viene preocupando al país desde hace tiempo, y que no hace más que agudizarse. Una de las soluciones que más se han estado barajando, motivada también tras los confinamientos de la pandemia, ha sido reducir la jornada laboral a 42 horas semanales, que ya están probando varias compañías en otros países.
Limitar el horario comercial y recuperar una apertura más restrictiva podría ayudar a paliar dos de los problemas más graves que amenazan la economía de las grandes potencias, disminuir el gasto energético, reduciendo costes, y atraer a nuevos trabajadores que cubran esos millones de puestos vacantes.
Si tiendas básicas como son las de alimentación cierran demasiado pronto, también tendrían que adaptarse los horarios del resto de la población, quizá demasiado acostumbrada como estamos en España a poder ir a comprar casi a las nueve de la noche.
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