La policía china ha arrestado a un conocido influencer del país asiático que llevaba más de 40 días publicando vídeos en varias redes sociales vendiendo una historia lacrimógena para ganarse la simpatía de su audiencia y ganar seguidores. El hombre, llamado @qianyibaobei en la red social Douyin, se grababa en vídeo trabajando como repartidor de comida a domicilio con su hija pequeña en brazos, porque, aseguraba, no tenía más remedio para poder hacer frente a sus gastos.
El joven se mostraba con el uniforme amarillo de la empresa de reparto de comida Meituan, cargando con la niña en sus entregas en las calles. Según había contado en sus redes, su esposa les había abandonado, dejándole con la responsabilidad de ser padre soltero y teniendo que ocuparse de la pequeña, obligado a trabajar como rider para comprarle comida y sacarla adelante solo.
Este influencer, según recoge el South China Morning Post, contó en uno de sus vídeos más populares que había tenido que atender 43 pedidos en un solo día para poder ganar 300 yuanes, unos 39 euros; en otra publicación confesó haber dañado la cara de la niña accidentalmente. Todas sus publicaciones las acompañaba del mensaje "Ella no tiene madre", y animaba a su audiencia a seguirle y a darle a 'me gusta' a cada vídeo, siempre buscando dar pena para generar simpatía y conseguir un mayor alcance que, al final, le reportaba beneficios económicos.
Con más de 400.000 seguidores en redes sociales chinas, el influencer logró generar una buena cantidad de dinero gracias a las retransmisiones en vivo y la repercusión de sus casi 100 vídeos, hasta que a principios de mes la policía desmontó su fraude, arrestando al timador.
Los agentes descubrieron que la madre de la niña seguía en el hogar familiar y que este hombre no trabajaba como repartidor, pues simplemente había comprado el uniforme en una tienda online. Tras el arresto, la policía le impuso una multa por alterar el orden público. Según indica el SCMP, la alteración intencionada del orden público mediante la difusión de rumores falsos está penada por la Ley de Castigo de la Administración de Seguridad Pública de China, que puede imponer hasta 10 días de detención y multas económicas desde 500 yuanes, unos 65 euros.
Este tipo de fraude, conocido como sadfishing, no es nuevo y ya se han denunciado varios casos en China. Hace unos meses, la influencer Liangshanmengyang fue condenada a 11 meses de cárcel y a una multa de 80.000 yuanes (10.473 euros) por mentir sobre su vida, supuestamente pobre y llena de desgracias.
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