Tanto para aderezar postres, aperitivos o platos principales, la reducción de Pedro Ximénez es una preparación genial. Este vino dulce proporciona contrastes de sabor que satisfacen generalmente a todos los paladares, por eso es ideal para platos salados, y además su elaboración es muy sencilla.
Hay quien le añade glucosa, pero he preferido no usarla, para no intensificar el sabor dulce. Lo cierto es que en esta receta juega un poco el propio paladar, pues como el Pedro Ximénez es un vino dulce, podemos ponerle menos azúcar o más si lo queremos para un postre. También se pueden agregar hierbas aromáticas, como el romero, poco antes de retirarlo del fuego para que desprendan todo su aroma.
En un cazo a fuego medio se introduce el vino y el azúcar, y se deja cocer aproximadamente veinticinco minutos o media hora, hay que comprobar que haya reducido a la mitad, logrando una textura más densa.
Recordad remover la mezcla de vez en cuando para que el azúcar se disuelva en el vino. No esperéis a que quede demasiado espeso para retirarlo del fuego, pues una vez que se enfríe, adoptará la textura deseada.
Con qué acompañar la reducción de Pedro Ximénez
Una vez que hayamos preparado la reducción de Pedro Ximénez, lo mejor es conservarla en un recipiente cerrado, o mejor en un biberón para después poder salsear cómodamente, y en la nevera. Lo cierto es que está bueno tanto en recetas dulces como saladas, para poner un contrapunto ácido y delicioso. Mejor empezar usándolo con moderación y si nos gusta añadir un poco más. También podemos mezclarla con otros ingredientes en vinagretas.
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