Cuando voy al mercado y ese día me toca comer o cenar sola en casa, es casi seguro que aproveche para prepararme algún plato rápido con mis verduras favoritas. El brócoli suele monopolizar mis menús pero últimamente lo estoy alternando con su primo pequeño, cada vez más fácil de encontrar. Esta receta de bimi con miso, jengibre y ajo negro se cocina en un momento y añade un rico toque oriental a la verdura.
Siempre recomiendo tener pasta de miso en casa, ya sea blanco -shiro miso- o alguna variedad más oscura -como el hatcho miso-. Aguanta muchísimo tiempo y es fabuloso para marinar pescados, carnes y verduras o intensificar salsas y sopas. Con ajo negro, un poco de jengibre fresco y el cítrico de la naranja conseguimos que el bimi cobre una nueva vida de aromas intensos y sabor umami.
Primero tostar las semillas de sésamo en una sartén sin aceite, hasta que empiecen a saltar, vigilando que no se quemen. Retirar y reservar. Lavar bien el bimi y cortar por la mitad en el caso de que sean piezas demasiado grandes. Pelar y picar o laminar fino un trocito de jengibre fresco, del tamaño deseado según lo que nos guste -yo suelo usar mucho, me encanta-. Trocear los dientes de ajo negro.
Exprimir el zumo de la naranja y mezclar en un cuenco con la salsa de soja, el miso y el aceite de sésamo -si tenemos-. Añadir los dientes de ajo y el jegibre. Calentar un poco de aceite de oliva en una buena sartén o plancha antiadherente -también se puede usar un wok- y añadir el bimi. Salpimentar y saltear a fuego fuerte un par de minutos, hasta que empiece a coger color. Añadir medio vaso de agua y dejar cocer a fuego medio 5 minutos.
Agregar a la sartén la mezcla de miso, remover bien y tapar. Cocinar el cojunto a fuego medio unos cuantos minutos más, hasta que el bimi esté al punto deseado. Vigilar que no se pegue demasiado añadiendo un poco más de agua si hiciera falta. Servir con las semillas de sésamo reservadas y unas gotas de aceite de sésamo, si se desea.
Con qué acompañar el bimi con miso
Este bimi con miso, jengibre y ajo negro se puede tomar como plato único ligero para la cena, o acompañarlo de alguna proteína como huevo escalfado o unos dados de tofu salteados. También se puede hacer más saciante con arroz o algún otro tipo de cereal, o simplemente usarlo como guarnición de pescado o carne. A quien le guste el picante podría añadir una guindilla o chile cortado en aros finos.
En Directo al Paladar | Brochetas de boniato glaseado con naranja, miso y miel. Receta
En Directo al Paladar | Merluza al papillote con zanahorias, bimi y su crema. Receta ligera