Una buena elección para la hora de la cena es esta receta de crema de guisantes que en primavera podéis preparar con guisantes frescos y el resto del año con guisantes congelados, prácticamente con un resultado idéntico y con mucho sabor.
Es un plato muy sencillo de hacer, que no os llevará más de 30 minutos desde que empecéis hasta servirlo en la mesa, por lo que es una buena opción para esos días ajetreados en los que lo único que nos apetece es un plato de cuchara que nos reconforte y nos deje satisfechos.
Además se prepara con ingredientes sencillos de los que siempre tenemos en casa, por lo que podréis hacerlo cuando os apetezca, sin tener que hacer una compra específica.
Cortamos el puerro, la cebolla y la patata, en trozos groseros, ya que después vamos a triturar todo para hacer la crema. Salpimentamos al gusto y los rehogamos durante cinco minutos en la cacerola con un poco de aceite de oliva. Agregamos los guisantes y un vaso de caldo de verduras (en su defecto agua) y llevamos a ebullición.
Cocemos el conjunto en la cacerola tapada con el fuego al mínimo, durante diez minutos aproximadamente. Comprobamos como van las patatas, que pueden requerir otros cinco minutos adicionales de cocción y procedemos a triturar todo con ayuda de la batidora de mano. Antes de triturar, reservamos algunos guisantes para decorar cada plato. Podemos agregar un poco de nata líquida para conseguir una textura cremosa.
Servimos la crema de guisantes en platos hondos o en cuencos y decoramos cada plato con una cucharada de guisantes y un poco de cebolla frita crujiente, para que los comensales encuentren distintas texturas.
Con qué acompañar la crema de guisantes
Para completar un menú para la hora del almuerzo, os proponemos comenzar con nuestra crema de guisantes como entrante y continuar con un pescado tan rico como la dorada a la sal. Si sirves la crema para la hora de la cena, puede ser suficiente como plato único.
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