Esta receta de piruletas de plátano es la forma perfecta de que los más pequeños coman fruta sin protestar, al menos a mis hijos les cuesta mucho comerla y tengo que imaginar mil triquiñuelas para engañarlos. Esta vez lo he conseguido sin apenas esforzarme.
La ventaja que tiene esta receta es que pueden usarse otras frutas y el crocanti de almendras sustituirse por caramelitos o fideos de chocolate, para que no siempre parezca que es la misma fórmula. Me ha gustado mucho el resultado final del recubrimiento de chocolate, lo usaré en otras recetas.
Pelamos el plátano y lo cortamos en rodajas. Insertamos cada rodaja en una brocheta y las introducimos en el congelador. En un bol fundimos el chocolate y la margarina al baño María. Incorporamos el aceite de girasol y mezclamos bien.
Bañamos las rodajas de plátano en el chocolate fundido. Ponemos el crocanti de almendras en un plato y rebozamos las rodajas de plátano. Guardamos en el frigorífico hasta el momento de servir.
Con qué acompañar las piruletas de plátano
No es necesario congelar estas piruletas de plátano, basta con guardarlas en la nevera para que se conserven bien. Si vais a preparar esta receta con algo de antelación no escojáis plátanos muy maduros, para que no se reblandezcan demasiado durante la espera. Los podéis servir fríos, son un bocado muy refrescante, y acompañados de nata montada, la combinación es estupenda.
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