Se conocen como sablés a un tipo de pastas elaboradas a partir de la masa francesa del mismo nombre, que significa arena, y se refiere a su textura suave y frágil. Básicamente es como una masa quebrada, que aunque se suele emplear como base para pasteles y empanadas, en esta ocasión yo he optado por hornear unas galletas sablés de chocolate con fresas, deliciosas a cualquier hora. Si no encuentras fresas deshidratadas, puedes usar otra fruta seca o trocitos de chocolate negro.
Batir la mantequilla con una batidora de varillas hasta que quede cremosa, sin grumos. Añadir el azúcar y seguir batiendo unos tres minutos hasta conseguir una mezcla homogénea. Incorporar el huevo y la vainilla y batir un poco más.
Tamizar encima la harina con el cacao en polvo, la levadura y sal, y batir sólo ligeramente. Añadir las fresas troceadas y mezclar todo a mano para obtener una masa regular, muy cremosa. Dividir en dos y envolver en film, formando cilindros. Dejar en la nevera como mínimo dos horas, o toda la noche.
Precalentar el horno a 170ºC y preparar un par de bandejas. Desenvolver cada cilindro y cortar las galletas con un buen cuchillo afilado, de no más de un centímetro de grosor. Repartirlas en las bandejas y hornear durante 10-12 minutos, vigilando que no se doren demasiado. Dejar enfriar sobre una rejilla.
Con qué acompañar las galletas sablés
Una vez se hayan enfriado podemos guardar lasgalletas sablés de chocolate y fresas en un recipiente hermético y aguantarán bien varios días. El mejor maridaje es un buen café espresso, un vino dulce o un vaso de leche fresquita, que contraste con el profundo sabor del chocolate.
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